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martes, 16 de agosto de 2016

Trabajo escaso y barato, ¿profecía del milenio?


Alberto Tovar




Carlos Slim ha insistido en la propuesta de modificar la semana laboral a tres días a la semana por once horas diarias, pero que a cambio se acepte una jubilación a los 75 años. La idea, que en principio suena descabellada, podría llegar a ser un hecho por las condiciones del mercado.

Los avances tecnológicos y de comunicación transforman el entorno en el cual se trabaja y, aún cuando hay elementos muy positivos, también existen otros que afectan en forma seria la planeación de las finanzas personales por parte de los ingresos.

Hace pocas décadas, la innovación traía aparejado un crecimiento de la producción y por tanto del empleo; hoy ya no necesariamente es cierto.

Así lo manifiesta Jaron Lanier, pionero en la realidad virtual y autor del libro Who owns the future, en donde además señala que las oportunidades se reducen de manera drástica.

Hoy ya sabemos que Napster, YouTube y Spotyfy modificaron el modelo de trabajo de la industria de la música; Uber el transporte y Amazon la comercialización, por mencionar algunos casos evidentes. Con esto, han desaparecido plazas y otras surgen como consecuencia de los nuevos rumbos.

La tendencia continuará con fenómenos tales como la robótica, la impresión 3D, la realidad virtual, la automatización de los vehículos, entre muchos que desconocemos. Esto amenaza con alterar dramáticamente la forma en que trabajamos.

El exceso de jóvenes de hoy se convertirá en una mayoría de ancianos al pasar el tiempo, por lo cual las compañías que ahora se rehúsan a contratar personas de la tercera edad cambiarán sus preferencias.

En términos financieros, los esquemas de jubilación con recursos propios conducen a que no existirá un patrimonio suficiente y la gente se verá forzada a seguir ocupada, provocando un retiro a edades elevadas.

La cultura empresarial va encaminada a una mayor flexibilidad laboral con esquemas de home office.

Viene una generación de nativos digitales, con facilidad tecnológica y tiempo perdido por los traslados. Pronto será una práctica común en las empresas.

Slim sostiene que las percepciones serán las mismas, pero esto dependería de la productividad y de la posible sobreoferta de mano de obra que haga reducir el salario.

Hay que tener la mente abierta y una alta capacidad de adaptación ante las nuevas condiciones laborales, y prepararse para esta tendencia.

Twitter: @finanzasparami

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