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miércoles, 15 de julio de 2015

Con 'mordida' de $6 mil puede construir cerca del Altiplano

Vecinos de la construcción por donde escapó 'El Chapo' recuerdan haber visto de tres a cinco personas hacer la casa, pero no nadie sabe sus nombres y no notaron anomalías durante ese tiempo.


ALMOLOYA DE JUÁREZ.- Juan Ángel desistió de construir un “cuartito” aledaño a la casa central. Era 2011 y quería que su hijo mayor viviera ahí con su esposa. Todo el proyecto terminó cuando en el ayuntamiento le dijeron que no podía construir en la zona porque estaba cerca el penal de máxima seguridad del Altiplano.

Bueno, le dijeron que no se podía, pero que si “le entraba con seis mil pesitos” podía levantar ahí paredes y techo, en la mera Colonia Santa Juana Centro, a unos metros de una de las supuestas zonas más vigiladas del país.

La casa de Juan Ángel está exactamente entre la prisión de la que se fugó Joaquín El Chapo Guzmán el sábado en la noche y la vivienda en obra negra donde termina el túnel por el que supuestamente salió el narcotraficante. El perímetro ya fue acordonado de nuevo por elementos del Ejército, la Marina y la PGR.
El señor de unos 55 años y bigote ralo pide esperar unos minutos y entra a su casa. A un lado de la humilde vivienda está un corral y, unos 500 metros más adelante se levantan las torres de vigilancia del penal del Altiplano.

Sale con un papel en la mano y dice: “Esto es lo que me pidieron para poder construir: ‘Solicitud de licencia municipal de construcción, impuesto predial actualizado, escritura o documento que acredite la propiedad, licencia de uso de suelo, dos copias de planos arquitectónicos y estructurales firmados por el perito responsable de la obra, copia vigente de la cédula del perito y dictamen de impacto regional’”.

Observa la casa-bodegón de tabiques grises que ya dio la vuelta al mundo y acepta que se sorprendió cuando, hace aproximadamente un año, comenzaron a llegar camiones con material de construcción y a levantar esa vivienda.

“Luego sólo se quedaron tres trabajadores, a veces cinco, pero nunca platiqué con ellos”, comenta todavía sin dar crédito que por ahí se haya fugado uno de los hombres más buscados del mundo.

Diez metros antes del entronque de la carretera de esta comunidad con el camino de terracería que conduce a la casa-bodegón por donde se fugó El Chapo está la “Miscelánea Conasupo”, donde realizaban sus compras los tres albañiles-veladores que trabajaban en esa obra inconclusa.

Nadie sabe sus nombres. La señora encargada del negocio sólo recuerda que eran serios y llegaban en una camioneta blanca tipo estaquitas con placas del Estado de México.

Se surtían de lo necesario, papel higiénico, refrescos, cerveza, azúcar, café, pan integral, frijoles y chiles enlatados, focos y frituras. De vez en cuando una botella de ron o aguardiente y unos hielos.

Ni la despachadora de la “Miscelánea Conasupo” ni el señor Juan Ángel recuerdan haber visto un inusual movimiento de camiones de volteo llevándose toneladas de tierra del lugar, sólo los necesarios en ese tipo de construcciones. Tampoco situaciones extrañas o sospechosasde fuereños la noche del sábado. “Llovió mucho”, coinciden.

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