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jueves, 18 de diciembre de 2014

Mensaje navideño

Felicidad y David Magaña

JESÚS, EL ESENIO

“Noche de paz, noche de amor, todo duerme alrededor, todo el mundo celebra con fe, a ese niño nacido en belén, con canciones del corazón, hoy ha nacido el amor. “noche de paz”. canción navideña

FELICIDAD Y DAVID MAGAÑA, hemos preparado, como todo lo que hacemos, llenos de entusiasmo y alegría, el presente MENSAJE DE NAVIDAD, para todos los Ecatepequenses de buena voluntad. Es un mensaje lleno de fe y esperanza, deseándoles a todos que el amor y la benevolencia del Creador se encuentre presente, alumbrando y bendiciendo, con dicha, inmensa FELICIDAD y muchos parabienes a sus hogares, familias y a Ustedes; que la gloriosa presencia del Redentor les acompañe en estas fiestas decembrinas.

Para hacer de estas fiestas, Una Navidad Diferente, les traemos esta corta narración, esperando la disfruten y la compartan con sus familiares y amigos. Que el Gran Arquitecto del Universo les bendiga, son los deseos de FELICIDAD Y DAVID MAGAÑA. Wadi Qumrán (Cauce Seco) es un imponente valle, ubicado en el desierto de Judea, en la costa occidental del Mar Muerto. En ese regio lugar habitó la Hermandad de los Esenios. De acuerdo a su tradición, su padre fundador fue el mismísimo Enoch.

Los Esenios se destacan por llevar una vida austera, sencilla y célibe. No admitían mujeres en su comunidad, toda vez que la consideran una fuerte distracción para los ejercicios de meditación y la estricta disciplina a las reglas de la hermandad. Vestían con túnicas blancas de lino, que simbolizan la pureza; el cayado o bastón representa el conocimiento que de las leyes secretas de la vida tienen y la capacidad para saber utilizarlas armoniosamente en el logro exitoso de sus tareas. El término Esenio significa “sanador”.

Ellos, los Esenios, sabían el arte de sanar con hierbas, piedras, entonaciones y por imposición de manos. Usaban el poder de la mente, de la oración y del perdón para modificar los campos energéticos del cuerpo físico, sincronizándolos, de tal forma que la sanación era posible. Rechazaban la esclavitud, pues consideraban que todos los seres humanos somos hijos de Dios, la purificación constante a través del baño; el cuidado de unos a otros; así como la custodia de las enseñanzas sagradas, formaban su cosmogonía.

Jesús de Nazaret fue un Esenio. Su figura fue notable; en una época que la estatura media entre los judíos era de 1.62 metros, Jesús medía 1.82, era de talla atlética, sin un gramo de grasa, de sonrisa espontánea, ojos color miel, frente alta, nariz aguileña, labios finos, tez bronceada, cabellos acastañados y largos, barba corta, zurdo y de ágil palabra, solía colgarse pequeños saquitos de mirra o áloe al cuello, los que desprendían un fino perfume, reveló su verdad, al igual que todos los maestros, mediante dos grandes vertientes.

Su mensaje acerca de las leyes de la vida y del Universo, a la vez que fue exotérico (Común o comprensible a las mayorías) para las grandes multitudes; también fue esotérico (oculto o reservado a unos cuantos iniciados) para los pocos escogidos de verdad, en el conocimiento de lo sagrado y eterno. La esencia de su revelación completa se encuentra en “el Sermón de la Montaña”, en los primeros nueve versos, dos de los cuales son introductorios, y las siete bienaventuranzas. Veamos brevemente, el significado esotérico de su mensaje.

La palabra “Montaña” establece el grado más alto de evolución espiritual, que revela la verdad absoluta, universal y eterna. En el segundo verso, dos palabras claves lo son “Boca” y “enseñó”. Un gran maestro como lo fue Jesús siempre hace uso de estos dos canales para trasmitir sus revelaciones: La voz o palabra, son poder, energía, vibración, lo cuales impactan en el mundo físico, siendo una fuerza que da vida al Universo y pone en marcha el cuerpo emocional. El tercer verso, contiene la expresión “pobres de espíritu”.

A través de dicha expresión enfatiza el principio de la sencillez, una ley natural y espiritual, que debemos practicar si queremos acceder al reino de los cielos. Por ello, deberemos ser como niños; y no como el rico ostentoso, que nunca podrá a causa de su soberbia, pesada carga, ir más allá de la apertura de una aguja (puertas pequeñas de las ciudades amuralladas). QUE EN ESTAS NAVIDADES Y FIESTAS DE FIN DE AÑO, EL ESPIRITU DE JESÚS SEA CONTIGO, TE LO DESEAN FELICIDAD Y DAVID MAGAÑA.

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