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lunes, 3 de noviembre de 2014

Mala alimentación inflama células de niños: especialista

México, D.F.- El estadunidense Barry Sears dijo que el sobrepeso puede generar enfermedades neurológicas en los menores, sin embargo, los niños delgados también pueden presentar enfermedades cerebrales.

El sobrepeso y la obesidad en los niños mexicanos pueden generar enfermedades neurológicas como déficit de atención, ansiedad y depresión, debido a la mala alimentación que los padres les heredan y a la situación económica del país, la cual dificulta tener una nutrición de calidad, alertó el científico estadunidense, Barry Sears.

“Los padres de ahora son terriblemente patéticos porque les alimentan a sus hijos con comida chatarra, debido al factor tiempo o económico. Ello generará una modificación en la dieta de los humanos y traerá generaciones más tontas y niños con células inflamadas.

“Las presiones económicas para algunos mexicanos no permiten dar una buena alimentación, aunado a la falta de tiempo para preparar una comida, poner la mesa es cosa del pasado y por el contrario los niños se atienden a sí mismos y terminan abriendo una lata de refresco de cola y una bolsa de papitas”, comentó.

En su visita a México, el bioquímico explicó que aquellos infantes de 0 a 4 años son los más propensos a padecer enfermedades cerebrales debido a un desbalance de nutrientes esenciales, los cuales apagan los genes de la salud y encienden los genes de la enfermedad y el envejecimiento, aun en sus primeros años de vida.

Sin embargo, aseguró que la inflamación celular no es propiamente de los niños con problemas de sobrepeso. También los niños delgados podrían estar inflamados, por lo que cada vez crece el número de menores que padecen problemas para memorizar, así como insomnio, déficit de atención, agresividad, ansiedad, e incluso depresión. Todo lo anterior, afirmó, se traduce a un bajo rendimiento escolar.

A juicio del científico, las horas más difíciles para impartir clases en niños y adolescentes que no están bien alimentados son las 10 de la mañana y las 2 de la tarde, debido a que tras una ingesta de comida, el cuerpo no debe pasar más de cinco horas sin hacer una siguiente comida.

“Su inhabilidad para dormir bien le afecta al cerebro y al final cuando están en la escuela la información les entra por un oído y les sale por el otro. Se vuelven estudiantes más difíciles para trabajar”, sostuvo.

Sears subrayó que debido a la acumulación de los efectos de dietas inflamatorias en los patrones del cerebro, la inflamación debe reducirse a través de una dieta que contenga proteínas libres de grasa y carbohidratos coloridos, como las frutas y verduras.

“México la ventaja de tener un rico suelo, el guacamole es una maravilla y contiene ácidos grasos buenos para la salud. Además existe una verdadera cultura para cocinar que debe aprovecharse”, agregó.

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