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martes, 30 de septiembre de 2014

Amenaza de otro ¿“Tlatelolcazo”?

Por: José Luis Iturriaga y Hernández

El movimiento estudiantil de 1968 fue un movimiento social en el que además de estudiantes de la UNAM y el IPN participaron profesores, intelectuales, amas de casa, obreros y profesionistas en la Ciudad de México y que fue reprimido por el gobierno mediante la matanza de Tlatelolco ocurrida el 2 de octubre se 1968 en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. El genocidio se cometió por el Ejército Mexicano y el grupo paramilitar Batallón Olimpia en contra de una manifestación pacífica fraguada por el gobierno mexicano hacia el Concejo Nacional de Huelga, órgano directriz del movimiento.

Gracias a la acción gubernamental al pretender ocultar información, no se logró esclarecer exactamente la cantidad oficial de asesinados, heridos, desaparecidos y encarcelados. La fuente oficial reportó en su momento 20 muertos, pero investigaciones posteriores deducen que los muertos podrían llegar a varias centenas y responsabilizan directamente al Estado Mexicano.

La escritora Elena Poniatowska, en su libro “La noche de Tlatelolco” publicó la entrevista de una madre que buscó entre los cadáveres a su hijo y tres meses después, la periodista reveló que por lo menos había contado 65 cuerpos; por su parte, Jorge Castañeda, en un artículo cabeceado como “Los 68 del 68”, publicado en su momento por el periódico Reforma, escribió que “murieron -cabalísticamente-, 68 estudiantes y un soldado” y remata con esto: “todo uso de la fuerza se convirtió en una masacre”.

Se repetirá la historia en 2014?

En días pasados la comunidad estudiantil del Instituto Politécnico Nacional expreso su total inconformidad con el nuevo plan de estudios 2014 y llevaron a cabo una mega marcha en la que habrán participado más de 20 mil colegiales.

MEXIQUENSE estuvo presente durante la impresionante muestra de inconformidad por parte de los estudiantes y dentro de ese maremágnum logramos entrevistar a un grupo de educandos, quienes manifestaron que “el movimiento lo encabezamos nosotros y maestros de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA), Unidad Zacatenco, considerada la más grande e importante de América Latina y decidimos hacer un paro de labores, de actividades académicas y de investigación desde el pasado miércoles 17 de septiembre.”.

Indicaron que ya se sumaron a dicho movimiento, más escuelas de nivel superior pertenecientes al IPN, Vocacionales, la UAM y la UNAM, esta última con la frase “Soy tan UNAM que no dejare caer a mi máximo rival”; aseguraron que también cuentan con el apoyo –por lo menos moral-, de Universidades de Centro y Sudamérica y enfatizaron no tener miedo a la represión gubernamental; el repudio a la actitud de las autoridades del IPN es generalizado y piensan que pudieran repetirse los hechos del 68, pero corregidos y aumentados.

Dichas inconformidades son causadas por las modificaciones en el reglamento interno de dicha institución que afectan al alumnado, ya que demeritan, en mucho, la calidad del aprendizaje, pues “nos “titularíamos” como “albañiles calificados”, recalcaron.

Yoloxóchitl Bustamante Diez, ¡Mentirosa!

Agregaron que la directora general del Instituto Politécnico Nacional, Yoloxóchitl Bustamante Díez, mintió al declarar que con dichos cambios hechos al reglamento, el Politécnico tendría un mejor nivel, pero para la comunidad estudiantil, la noticia fue totalmente distinta, ¿Qué es lo que se le modificó al reglamento?¿Por qué la inconformidad por parte de los alumnos?. Las respuestas están en el aire y ni ella ni Emilio Chuayffet, responden a la grey estudiantil del “Poli”.

El artículo 47 del nuevo reglamento, menciona que aquel alumno que adeude una unidad de aprendizaje (una materia) por más de dos semestres será dado de baja definitiva; si el Consejo no aprueba su dictamen, se elimina el artículo 55, donde el alumno podrá solicitar una baja temporal sin importar el motivo, también será dado de baja.

Por otra parte, las cuotas en los años anteriores se daban de forma voluntaria, para este 2014 pasan a ser obligatorias en todos los planteles de dicha institución, de igual forma para los talleres o actividades culturales y deportivas, las manifestaciones y protestas también serán sancionadas en la categoría de “mantener el buen orden dentro de la institución” y resaltaron que “se viola en parte, el Art. 3º de nuestra Constitución en su Apartado IV”.

Indicaron que lo más preocupante es el acuerdo llamado “Alianza por la Calidad Educativa”; un pacto que la directora general del IPN firmó hace algunos meses, en el cual se acordaba un nuevo sistema único de bachillerato, por lo que las escuelas de más alto nivel debían reducir sus estándares educativos para estar al nivel de otros centros educativos en el cual, el nivel es menor.

Es por esto que los planes de estudio están siendo modificados, por lo que al concluir los estudios a nivel superior ya no se otorgará el título de ingeniero, arquitecto o licenciado, en su lugar se otorgará el de “Técnico Superior” y así se logra –perversamente-, degradar el nivel educativo en una de las casas de estudios más grandes e importantes del país, acusaron.

Bastante molestos, los entrevistados recalcaron que posiblemente, a cambio de las materias que les quitarán, inventen la de “cuchara, pala y mezcla•, así terminan la carrera como “Técnicos en Albañilería”, esto conlleva a generar mano de obra barata para las empresas del país o quizás en ese momento, también con el fin de favorecer empresas extranjeras, para las que, presumiblemente, está diseñado este nuevo reglamento.

Lo anterior significa que los egresados obtendrían salarios más bajos, menos oportunidades de encontrar trabajo y también que el IPN pierda prestigio al tener bajo desarrollo académico y científico.

De las manifestaciones

Por otra parte, aclararon que dichas manifestaciones se han prestado para que grupos ajenos a la institución organicen marchas “totalmente ficticias” y sentenciaron que esto es con la finalidad de manchar la imagen del politécnico y desvirtuar por completo -,como lo ocurrido en el 68-, con actos de vandalismo y desmanes, lo que realmente busca el alumnado del IPN.

Con todo lo anterior lo que buscan los estudiantes del IPN, no es más que la derogación por completo de dicho plan de estudios que como ya se mencionó, afecta a toda la comunidad estudiantil y por el momento, la única respuesta que se ha recibido por parte de la directora general Yoloxóchitl, fue mediante un comunicado en el cual únicamente informa del aplazamiento de un año para la aplicación de dicho reglamento con opción a que el alumnado participe en la revisión del mismo, pero no a su derogación total.

Nosotros, los que sabemos decir no, lo hemos hecho aceptando todas las consecuencias, perder lo material no significa nada para los que preferimos estar de pie; aunque el suelo sea blando y el cielo sea un áspero mandato de afiladas desilusiones, no vinimos a pedir nada, hemos venido a tomarlo todo. “. Grupo de Resistencia Estudiantil Ench-IPN.

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