Directorio

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martes, 14 de enero de 2014

TEMA LIBRE

Guarderías del IMSS, trampas mortales

Por I. León Montesinos

Senadores olvidaron a los niños de la ABC

Funcionarios improvisan ring en acto público


Ecatepec, México,. Tres hechos sellaron la desvergüenza y la impunidad oficial en el pasado fin de año. Todos ellos, relacionados con la pantomima de justicia que se vive en el caso de los 49 pequeños muertos en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, el 5 de junio del 2009.

Le explicó los niveles de la incongruencia y pobredumbre que envuelve a toda nuestra clase política en torno a este suceso que dejó graves secuelas no únicamente físicas sino psicológicas a otros 76 niños, a sus padres y familias, pero que además mantiene en situación de alto riesgo a miles de indefensas criaturas en todo el país.

El pasado 16 de diciembre la Subprocuraduría de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparos (SCRAPA), dependiente de la PGR y a cargo de Renato Sales Heredia, anunció al país que dicha dependencia ordenó a una empresa británica la realización de un nuevo peritaje para determinar si las causas del incendio de la ABC fueron producto de un accidente o provocadas.

En el último día del periodo ordinario de sesiones del Senado, ya en vísperas de Navidad, los representantes de la Cámara Alta decidieron cometer la última de sus fechorías legislativas al autorizar al IMSS el subrogar a los patrones la prestación del servicio de guarderías que debería ser atendido por el Instituto.

Pero todavía, el último día del 2013, un juez ordenó la liberación de la única funcionaria detenida por mortal siniestro y que fuera detenida en junio delo 2011 en Nogales, Sonora, cuando andaba a salto de mata.
Se trata de Delia Irene Botello Amante, ex Coordinadora Zonal de Guarderías del IMSS en Sonora, y nada menos que hermana de Leticia Botello, esposa del ex dirigente del Sindicato de Trabajos del IMSS, Valdemar Gutiérrez Fragoso a quien Calderón ordenó hacer diputado federal por el PAN.

Se preguntara usted qué relación guardan los hechos antes enumerados: mucha, diríase que todos son muestra palpable del desinterés que se mantiene en las esferas públicas por la seguridad de nuestros hijos, condenados a un sinfín de riesgos desde que en el 2000 el tecnócrata Santiago Levy convenció al despistado Vicente Fox para que entregara la subrogación de las guarderías, antes operadas y administradas directamente por el IMSS con trabajadores sindicalizados, bien capacitados y con experiencia, a particulares que como quedó demostrado en la desgracia de la guardería ABC lo único que les importa es el afán de lucro.

Y para aquellos que duden el tamaño de la tajada que se pelean los dueños de las guarderías subrogadas, y que ahora deberán compartir con los voraces patrones de los obreros, un informe del propio Instituto Mexicano del Seguro Social de 2007, señalaba que por gastos de subrogación tanto de servicios médicos como de guarderías, la institución desembolsaba anualmente alrededor de 19 mil millones de pesos correspondiendo al pago de guarderías una cifra de alrededor de cinco mil millones de pesos.

Al citar estos podero$$os antecedentes, podemos preguntar a los gobiernos panistas cómo fue posible que colocaran a la cuñada del ex dirigente sindical, Valdemar Gutiérrez, en la responsabilidad de cuidar en Sonora a las guarderías subrogadas a particulares. Pero como la respuesta nunca llegará, éste columnista puede conjeturar, sin temor a equivocarse, que la pusieron ahí para cobrar un jugoso sueldo no por sus capacidades, sino parte del pago de los favores prestados por su cuñado al gobierno en no hacer olas al haber permitido, en una baja acción charril, que personal sindicalizado fuera desplazado de la atención a guarderías a sabiendas de lo que podría ocurrir.

La ilegítimamente liberada ex Coordinadora Zonal de Guarderías sabía perfectamente de las irregularidades en las instalaciones de la ABC donde por cierto apareció como dueña nada menos que Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo, prima de la ex primera dama, Margarita Zavala; claro, la función de Delia Irene Botello era hacerse de la vista gorda no corregir las fallas. No por algo, el ahora líder nacional del SNTSS, Manuel Vallejo Barragán, ha denunciado que además de con la nueva subrogación, además de pretenderse desplazar a más trabajadores sindicalizados, violando su Contrato Colectivo, se acrecentarán los riesgos.

Y en efecto, pues parece que funcionarios y legisladores siguen empecinados en no aprender de los errores del pasado reciente y porfían en su intención de entregar a particulares el cuidado de miles y miles de niños cuyas madres deben enviarlos a las guarderías ante la necesidad de irse a trabajar. Por supuesto, y júrelo, ninguno de los hijos y familiares cercanos de los altos funcionarios del IMSS, o de los senadores que olímpicamente ignoran la masacre de la ABC, o de los patrones que ya se relamen los bigotes con las jugosas ganancias a su favor, pisarán jamás una guardería subrogada.

Como grotesco colofón, el Subprocurador, Renato Sales Heredia, nos sale con la pifia de que se va a encargar a una empresa británica determinar las verdaderas causas del siniestro. En la sagaz mente de Sales parece ser vital para mejorar la seguridad de nuestros hijos, y hacer justicia a las víctimas de la ABC, saber si el incendió fue accidental o provocado. ¿Por qué mejor no investiga las circunstancias en que se entregaron los contratos leoninos a familiares y amigos de los altos funcionarios en los pasados sexenios? ¿Por qué no ilustra a los irresponsables senadores sobre el botín en que se ha convertido la prestación del servicio de guarderías del que se han enriquecido muchos vivales a los que la salud y seguridad de los pequeños les importa un cacahuate? ¿Acaso se piensa montar una nueva cortina de humo en el vergonzante caso, fabricando de paso chivos expiatorios?

El meollo del asunto es que, insistimos, no se están corriendo los errores y ahora se pretende elevarlos a la categoría del manual de la perfecta y gananciosa corrupción para unos cuantos, y la total inseguridad para muchos miles de pequeños que, como ya se ha visto, son los que pagan las consecuencias, por desmedida la ambición de quiénes en la desatada vorágine neoliberal que insiste en privatizar servicios públicos, han perdido de vista que las vida humanas no tienen precio.

Algo debemos hacer como sociedad para obligar a que el Estado asuma su responsabilidad del manejo de guarderías públicas donde los pequeños sean atendidos, como antaño, por personal capaz y profesional, pues no hay que olvidar que son millones los mexicanos que no perciben los altos ingresos de los senadores, funcionarios y empresarios, y deben enviar, por necesidad a sus hijos menores a las guarderías.

FUNCIONARIOS IMPROVISAN RING.- A nuestro correo electrónico llegaron un buen número de mensajes de nuestros lectores, dos de los cuales me voy a permitir citar en esta entrega, no sin antes agradecer a todos aquellos que nos piden sigamos adelante con nuestra línea editorial crítica e independiente. Sus palabras nos alientan en este nuevo año, aquí en las páginas de Mexiquense.

Un lector nos comenta que el pasado nueve de enero fue testigo de un hecho que sin duda debe llevarnos nuevamente a reflexionar sobre la función y labor de nuestros servidores públicos. Sucede que durante la entrega de los mil 500 paquetes invernales donde, sobre todo gente de la tercera edad fue beneficiada con el equipamiento de cobijas, guantes, gorras, bufandas y despensas con insumos de la canasta básica, empleados municipales de diversas dependencias se encontraban colaborando en la recepción de la gente cuando de pronto el Subdirector de Educación Media Superior del Ayuntamiento, César González, fue empujado y abofeteado en el rostro por el síndico Inocencio Chávez.

De acuerdo a nuestro informante eran aproximadamente las 11,40 de la mañana y aún no arribaba al evento realizado en el Centro Cívico de San Cristóbal, el maestro Pablo Bedolla López. Por supuesto, que el desaguisado causó sorpresa entre los asistentes, muchos de los cuales no atinaban a comprender qué situación había detonado el que los protagonistas improvisaran un ring en la antesala de un acto oficial y en el que se encontraban algunos funcionarios menores del gobierno del Estado. “Es triste ver ---señala el correo recibido por el columnista--, que además de la violencia que tenemos en las calles donde los propios policías se han convertido en nuestros verdugos, ahora sean los funcionarios los que generen más violencia enfrente de nosotros los ciudadanos que votamos por ellos, y a los deben dar un ejemplo de civilidad y rectitud”.

En TEMA LIBRE nos enteramos que el desafortunado evento llegó hasta las puertas de la Fiscalía Especializada en Delitos Cometidos por Funcionarios Públicos, donde quien llevó la peor parte presentó una demanda por lesiones. Empero, subsisten las dudas entre los asistentes al acto del pasado día nueve –mismas que comparte con ellos un servidor--: ¿cuáles son los motivos que originaron el lamentable hecho? ¿Existen acaso resentimientos de tipo personal tan agudos como para dirimirlos en presencia de cientos de personas? Veremos en qué termina esta historia enviada por nuestro amable lector.

Hace un par de meses antes de que la voraz multinacional WAL-MART abriera sus puertas en Ecatepec, el que esto escribe alertó sobre las prácticas depredatorias no sólo en el ámbito mercantil sino laboral que ejerce esta cadena en contra de miles de sus empleados, no sólo de México sino de todo el mundo. Hoy, los hechos nos dan, por desgracia, la razón.

El sobrino de Don Jorge “N”, de 65 años de edad, nos pide hagamos pública su denuncia por la explotación a que está siendo sometido su tío junto con otras personas de la tercera edad, por parte de gerentes y capataces de Wal-Mart, a quienes además de obligárseles a pagar 300 pesos por un uniforme que deben portar para laborar acomodando autos en el estacionamiento de la tienda comercial, se les exige una cuota diaria de 30 pesos, so pena que de no entregarla son retirados del lugar.

Sobra decir que don Jorge y sus compañeros no cuentan con salario ni ninguna prestación de ley, pero eso sí, deben entregar parte de sus famélicos ingresos a estos sinvergüenzas. Aquí la denuncia para que las autoridades laborales tomen cartas en el asunto, pues además se les obliga a desempeñar otras funciones, también sin remuneración alguna.

Les recordamos nuestro correo electrónico: garrasleo6@yahoo.com.mx

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