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lunes, 9 de septiembre de 2013

Deslindes

Por Armando Sepúlveda Ibarra

Astuta y sensata decisión

Alguien con sensatez y astucia zorruna aconsejó para bien al gobierno priísta que dejara de crearse más problemas y rechazos de más capas sociales y, de una vez, desactivara la potencial bomba de tiempo que iba a lanzar contra los más pobres con la pretendida y cancelada imposición del Impuesto al Valor Agregado a alimentos y medicinas.

Después de las duras andanas en su contra provenientes de opositores a sus controvertidas decisiones sobre las reformas educativa y energética y de obtener, al mismo tiempo, la ovación aduladora y falsa de su coro de cortesanos de las burocracias de gobierno y de su partido, el señor Peña Nieto saboreó por fin un aplauso sincero, inclusive de la izquierda, cuando anoche anunció que conservaría el IVA sin modificaciones.

Esta noticia debió caerles como un baño de agua fría a los oportunistas diputados y senadores del partido Revolucionario Institucional y de sus bufones del impostor membrete Partido Verde Ecologista de México, así como a la insensible alta burocracia financiera que se engolosinaron, por verse como fieles servidores incondicionales del principal huésped de Los Pinos, con sus ruidosas declaraciones a favor de que la Secretaría de Hacienda aplastara más a los empobrecidos mexicanos con un estrangulador IVA a medicinas y alimentos.

Entre el vocerío de lacayos del gobierno que alentaban la intención original de la reforma hacendaria de generar otro problema social, como hubiera sido incluso el abortado proyecto de una alza generalizada de dicho impuesto a por lo menos 19 por ciento, causó extrañeza anoche en la residencia oficial de Los Pinos, porque todavía ayer durante el día aquéllos insistían en las bondades de gravar más a la pobreza y revalidar la protección a los más pudientes del brazo impositivo por la cual los más ricos dejan de pagar cantidades multimillonarias en impuestos. Como ejemplo reciente recordemos que hace unas semanas el fisco perdonó a Televisa el cobro de tres mil millones de pesos que adeudaba, quizá en pago a favores de campaña. Y años atrás el gobierno canceló los impuestos por la venta de Banamex a capital extranjero.

Allí mismo el señor Peña Nieto dijo que pagarían más quienes ganen más. Veremos.

Acaso para atenuar un poco las protestas de la mayoría de la población contra el proyecto de reforma energética que aspira a privatizar el petróleo y dejarlo en las garras de las saqueadoras transnacionales del ramo que el 18 de marzo de 1938 fueron echadas de México por el Presidente Lázaro Cárdenas, el señor Peña Nieto anunció un nuevo régimen fiscal para Petróleos Mexicanos con base en los porcentajes de tributación de las demás empresas mundiales de energéticos, en lugar de continuar quitándole la inmensa mayoría de sus ingresos. Nadie creerá que esta decisión ablande la lucha por evitar que este recurso natural pase al usufructo de extranjeros. Ahora faltaría atacar a fondo la corrupción de los líderes del sindicato petrolero y de las altas burocracias de Pemex, que por décadas nunca han dejado de robar. ¿Verdad, Romero Deschamps?

Mientras el señor Peña Nieto daba a conocer esas decisiones, el ex candidato perredista a la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador, acababa de poner en marcha la campaña contra la privatización de Pemex. De seguro el tabasqueño es el personaje más temido por el gobierno entre los opositores a la reforma energética y quien en verdad preocupa a los grandes capitales que han puesto el ojo sobre el petróleo de los mexicanos: representa a más de 15 millones de votos y un activismo perseverante, más auténtico que la débil protesta de los caciques del desfondado Partido de la Revolución Democrática, conocidos como los chuchos, amigos cercanos del nuevo PRI y su gobierno y facilitadores de sus deseos como la de apoyar sin reservas y con servilismo innecesario la reforma educativa y amenazar a los diputados perredistas desobedientes de sus sucias políticas antidemocráticas.

La tensión bajara un poco en este tema, en beneficio del gobierno, con la decisión de desechar la aplicación del IVA a medicinas y alimentos y la de no subirlo de manera generalizada a 19 o más por cientos (como lo deseaban también los líderes empresariales), pero restan otros campos minados por amplios sectores de la sociedad por donde el señor de Los Pinos deberá transitar, como las citadas reformas energética y la educativa, una a punto de entrar en discusión formal y la otra en una incontenible secuela que ha puesto de cabeza a la ciudad de México y otras ciudades del país con los paros, bloqueos y manifestaciones de decenas de miles de maestros que luchan por echar abajo una ley aprobada al vapor y sin tomarles en cuenta sus opiniones.

Quién sabe si la sensatez y la astucia pudieran alcanzar a los demás puntos de tensión, que crean desde hace semanas incertidumbre entre los mexicanos.

armandosepulveda@cablevision.net.mx

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