Directorio

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lunes, 6 de mayo de 2013

TEMA LIBRE

Por I. León Montesinos

¡Cuidado, Ecatepec¡ alcoholímetro a la vista

Prevenir accidentes, no fomentar delitos

¿Claroscuros en el área de licencias?


Ecatepec, México.- ¡Cuidado gente celebradora¡ Llegó el alcoholímetro a Ecatepec con siete puntos de revisión móviles y “Torito” incluido. De acuerdo al anuncio de las autoridades municipales, entrará en funciones en las próximas dos semanas. Si usted es de los asiduos concurrentes a los centros de esparcimiento social donde se consumen bebidas “espirituosas”, tome sus precauciones ya que puede convertirse en uno de los primeros huéspedes que inauguren el centro de reclusión donde quiénes conduzcan bajo los influjos del alcohol podrán pasar de seis a 36 horas de detención, dependiendo del número de tragos ingeridos.

Y desde este espacio hacemos sinceros votos para que el proyecto sirva para prevenir accidentes, no para fomentar delitos. De igual manera, esperamos que se informe de manera amplia y puntual a la ciudadanía sobre el qué hacer, tanto para el infractor como para su vehículo, en caso de ser remitido ante el juez calificador y al médico legista que determinarán las horas de arresto y la sanción económica a pagar.

¿Por qué lo digo? Porque de acuerdo al Nuevo Reglamento de Tránsito anunciado por el gobernador Eruviel Ávila, y que regirá en los 125 municipios de la entidad, el manejar en estado de ebriedad implicará la remisión del vehículo al corralón. Y, ojo, también la retención de los documentos cuando se trate de una unidad con placas de otro estado. La colindancia con la ciudad de México ya puede anticipar el problema mayúsculo que está por venir si no se adoptan las providencias necesarias para evitarlo.

De acuerdo a la visitaduría de la Comisión de Derechos Humanos, el Centro de Detención de Etílicos de Ecatepec, cuenta con los protocolos necesarios para garantizar un trato digno y un absoluto anonimato a los infractores, renglón que nos parece muy loable, sólo que debe aclararse a la gente si tendrá derecho a una llamada telefónica al momento de notificársele que será remitido, o si alguna persona que lo acompañe en el momento de la revisión, que esté sobrio, podrá llevarse el vehículo al corralón o si no será necesario la remisión de la unidad.

En ciudades como el Distrito Federal, la gente tiene la opción de ser auxiliado por algún acompañante, o de llamar a algún familiar para evitar que su vehículo sea enviado al corralón. ¿Sucederá lo mismo en Ecatepec, tomando en cuenta el nuevo Reglamento de Tránsito? ¿Se permitirá hacer llamadas a los detenidos? ¿El infractor será despojado de sus pertenencias al momento de ingresar al centro de reclusión? Y en el supuesto de que no tenga a la mano a familiares o amigos ¿quién responderá por sus pertenencias?

Van más dudas: ¿Operará el mismo sistema de amparar a los detenidos como en el D.F? ¿Cómo se evitará que surjan los consabidos “coyotes” y empiecen a esquilmarlos? ¿Qué medidas tomarán, o piensan adoptar, las autoridades para garantizar que la gente que salga a divertirse los fines de semana y evite el riesgo del alcoholímetro dejando su auto en casa, pueda acceder a un servicio de taxis, o transporte nocturno seguro?

Pongamos un ejemplo: el de una familia que festeja la boda de un familiar o la graduación de uno de sus miembros. O simplemente, un matrimonio que sale a celebrar su aniversario. Y optan por dejar su vehículo para evitar desaguisados y divertirse sin presión o temor alguno de causar un accidente. Pero, ¡oh, desgracia¡, tienen la mala fortuna de subirse, a plenas doce de la noche o ya entrada la madrugada, a uno de los tantos e incontables taxis irregulares y abusivos que transitan no sólo por Ecatepec, sino por todo el Estado. Si bien les va y la cuentan, serán únicamente asaltados --o en la tarifa, o en sus pertenencias--, pero si las cosas llegan a mayores el asunto puede representar situaciones más graves como una violación y hasta un homicidio.

Este columnista pregunta a las autoridades: ¿Ya han dimensionado estos hipotéticos riesgos? Y lo digo porque en ciudades como Pachuca, donde también entró en operación el alcoholímetro, los delitos cometidos en taxis en contra de los bebedores de fin de semana –que decidieron dejar sus vehículos en casa--, se dispararon pues no faltó más de un pillo del volante que vio en los operativos la panacea para asaltar a sus anchas. ¿Será Ecatepec la excepción? Sinceramente no lo creo. Por eso, no es válido que el proyecto sirva de aliciente a las bandas delincuenciales para ofrecerles un redituable negocio a costa de la diversión nocturna de los ciudadanos. Insisto: se trata de prevenir accidentes, no de fomentar delitos.

Y va la pregunta que todo ciudadano tiene derecho a hacer: ¿Qué garantías o programas se implementarán, para garantizar un transporte honesto y seguro por las noches? Creo que nadie está en contra de la medida, pero tampoco se trata que a un conductor que se exceda de copas, no únicamente se le prive de su libertad y se le retenga su unidad, sino de peligroso ribete, se deje a su familia, altas horas de la noche, a mitad de la calle y a merced de maleantes disfrazados de taxistas. Va a ser peor el remedio que la enfermedad.

Salvo su mejor opinión, amigo lector de Mexiquense, creo que antes que nada, debían de analizarse opciones para garantizar la seguridad de los ciudadanos honestos cuyo único presunto delito sería salir a divertirse los fines de semana. El mismo alcalde, Pablo Bedolla, ha dicho que la intención no es afectar la actividad económica de los centros de diversión nocturna de la cual, y hay que reconocerlo, dependen muchas familias.

Lo ideal sería que la gente tomara un taxi sin riesgo alguno para su seguridad y la de sus seres queridos, pero la realidad es otra. Y eso todos lo sabemos. Una opción sería la depuración de taxis piratas y la integración de un padrón de verdaderos taxistas responsables que prestaran, con la supervisión constante de las autoridades policiales, un servicio nocturno, honesto y seguro, los fines de semana, imponiendo multas y sanciones ejemplares a quienes violaran tales disposiciones. Estamos seguros que los auténticos trabajadores del volante se sumarían con gusto a una estrategia laboral y de seguridad de tales características.

Otro elemento del que las autoridades tendrán que poner un particular énfasis, será en la remisión de vehículos al corralón porque se han dado casos que aún estando en su juicio, los infractores se han llevado menudas sorpresas cuando al ir a recoger sus unidades, les falta ya sea la llanta de refacción, el gato, herramienta y hasta el estéreo. Y en vano los corajes y reclamos; no hay poder humano que les restituya lo “extraviado” al interior de los corralones o en el trayecto a los mismos. Aquí puede acomodarse como anillo al dedo aquella conseja de que: “piensa mal y acertaras”. Y no vayan a salir los elementos policiales y los operadores de las grúas que por estar el conductor “hasta las manitas” no se dio cuenta que le faltaba esto o aquello a su vehículo. Y a ver, en estado inconveniente, ¿qué autoridad va a dar como válida la palabra de un tomador ante la de un policía, así sea el más deshonesto de la corporación?

En fin, que estaremos próximos a ver el funcionamiento del alcoholímetro en nuestro municipio. Así que tome sus precauciones y modérese a la hora de los brindis, no sea que usted se convierta en uno de los primeros huéspedes del flamante “Torito”.

¿CLAROSCUROS EN EL ÁREA DE LICENCIAS? Bien dicen que un asunto lleva a otro y refiero esto porque en la pasada semana comentamos en éste espacio sobre el despido del empleado Juan David Barrón Villegas, de la Subdirección de Licencias de Manejo del Servicio de Autotransporte, por el hecho de padecer Epilepsia Idiopática.

Señalamos no estar de acuerdo con su separación laboral al ausentarse dos días de su trabajo para acudir a un chequeo médico. A través de algunos correos electrónicos nos comentan que el caso de la separación laboral, no implica un asunto de salud, como tampoco de discriminación, sino de una presunta corrupción, misma que parece haberse arraigado en dicha área desde hace un buen tiempo.

Y en efecto, creo que no descubrimos el agua tibia ni las panteras rosas, cuando nos referirnos a la red corruptiva que sigue operando en oficinas como las de Cerro Gordo donde infinidad de “coyotes” y “tramitólogos” de licencias y otros servicios administrativos operan con el mayor de los descaros y plena luz del día, gracias a algunos empleados corruptos que aceptan convertirse en sus socios, esquilmando con ello a la ciudadanía.

Al parecer, nos comentan, del área donde laboraba David Barrón, se llegaron a expedir licencias nada menos que a algunos centroamericanos lo que constituye no sólo un delito del orden administrativo sino federal al otorgarse un documento oficial de identidad a extranjeros, violando con ello además las leyes migratorias y de población.

Creemos pertinente citar esta información adicional porque nuestra función es poner sobre la mesa las distintas versiones y circunstancias de los hechos para que usted, amable lector, esté lo mejor informado y norme, con los mayores elementos posibles, su propio criterio.

Ojalá y la presente controversia expuesta en Mexiquense y en TEMA LIBRE, sirva de punto de referencia para que la Contraloría del municipio haga una revisión a fondo que nos permita conocer ha detalle qué es lo que ocurre al interior del área de licencias y se sancione a quien en derecho proceda.

Agradecemos sus comentarios a nuestro correo: garrasleo6@yahoo.com.mx

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