Las cifras indican que los porcentajes de trabajadores de más de 40 años de edad inscritos en el IMSS, respecto del total, son los más bajos, mientras que en los ocupados en el sector informal resultan los más altos.
Según los datos, 65.6 % de los trabajadores registrados en el IMSS tienen máximo 39 años de edad, y sólo 12.04 % están entre 40 y 44 años; un 9.1 % de 45 a 49 años; un 6.3 % de 50 a 54 años, y un 4.2 % de 55 a 59 años.
En tanto, los últimos datos disponibles del INEGI, revelan que el porcentaje de ocupación en el sector informal entre personas de 40 a 49 años es de 27.3 %, de 50 a 59 de 20.2 y de 60 años más de 33.5, mientras que en jóvenes de 20 a 29 años es de 23.1 %.
Para los especialistas la falta de empleo en las personas de más de 40 años de edad es producto de la discriminación, y de que las empresas buscan evitar costosas indemnizaciones.
Arnulfo Salinas, presidente de la Asociación de Profesionales en Seguridad Social, dijo que la discriminación en el sector formal de estas personas, genera un grave problema para su futuro.
Desafortunadamente, expresó, de los 40 a los 60 años de edad, que es cuando tiene la opción de pensionarse por cesantía, pero muchos ya dejaron de cotizar.
"Algunas personas hasta pierden el derecho porque el IMSS les pide que deben cotizar por lo menos un año previo a gestionar su pensión, si no te contrataron a los 40 años, menos a los 59 años (de edad)", indicó.
Sergio Tapia, director de Consultores Asociados, dijo que las empresas despiden al personal con más antigüedad para evitar costosas indemnizaciones.
"El actual marco legal provoca que las empresas prefieran sustituirlos por gente joven, para no tener que pagar fuertes indemnizaciones por antigüedad", detalló.
Pedro Javier González, especialista laboral, criticó que erróneamente las empresas consideran que deben sustituir a la gente de más de 40 años de edad por jóvenes, debido a que tienen más capacidad para hacer varias tareas a la vez y no enfermarán tan seguido.
Lo que las empresas no toman en cuenta, dijo, es que los jóvenes en su afán de conseguir salarios más altos buscan todo el tiempo nuevas oportunidades, lo que genera a las empresas costos de adiestramiento, entre otros.
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