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lunes, 21 de mayo de 2012

Emotivo despido al Obispo Onésimo Cepeda Silva en Ecatepec

Ante mas de tres mil feligreses que abarrotaron la catedral del Sagrado Corazón de Jesús en el municipio de Ecatepec, el ahora emerito obispo Onésimo Cepeda Silva, ofició su última misa, la de despedida al frente de la diócesis mas grande de América latina.

La Catedral de Ecatepec la cual fue arreglada de con tapetes de flores por tan especial evento se dieron cita 148 sacerdotes además de familiares e invitados especiales así como vecinos de esta localidad y municipios vecinos para despedir al prelado, quien estuvo al frente de esta diócesis por casi 17 años, en esta su última homilía, en la cual sin dar detalles informó a los mas de treinta medios informativos que tiene una invitación para predicar en Italia, “ahí, cerca del Vaticano, de donde algunos dijeron que me habían echado” recalcó, al tiempo que pidió a los fieles perdón si en algún momento, sin querer, los ofendió.

Cerca del mediodía dio inicio la ultima homilía teniendo como invitados a Jorge Ríos en representación del gobernador Eruviel Ávila Villegas, el biólogo Arturo Ríos Díaz Coordinador de Asuntos Religiosos del gobierno del Estado de México, Indalecio Ríos Velazquez Alcalde de Ecatepec, por parte de su familia lo acompañaron Enrique, Amelia y Ana Elena Cepeda Silva hermanos del obispo Alberto y Carlos Cepeda Orbañanos sus sobrinos, perdido entre los feligreses, se encontraba José Luis Gutiérrez Cureño, ex alcalde y precandidato del PRD a la alcaldía. No asistieron grandes empresarios ni políticos.

Ataviado con la misma ropa con la que fue ordenado, el mismo pectoral, el mismo báculo y la misma mitra, los feligreses que en varias ocasiones interrumpieron a Cepeda Silva para ovacionarlo con sendos aplausos escucharon conmovidos lo que seria el último sermón en voz de su polémico pero amado obispo.

El alcalde Indalecio Ríos se despide
de Onésimo Cepeda 
“Las palabras que me salen del corazón” son “gracias” y “perdón, es duro despedirse, decir adiós a todos ustedes, un adiós que quiere decir nos vemos más adelante, qué bello es haber tratado con todos ustedes, haber caminado con botas de hule ahí donde ustedes estaban inundados, sacando muebles", recordó el prelado.

"Me voy de Ecatepec, pero no desapareceré, pídanle a Dios que me lleve al cielo, mis amigos son los pobres y los ricos, no tengo problemas", mencionó Cepeda Silva en entrevista, quien agregó que sus amigos seguirán siendo los mismos, pues "perdona, tus amigos ¿te los sacas de la bolsa y los tiras?".

“La mas grande experiencia que tuve yo creo que el amor de mi gente, el ordenar 81 sacerdotes, haber construido esta catedral y que viniera el señor Presidente a inaugurar, es la primera vez en la historia de México que sucede, y yo creo además que hacerla en un tiempo récord Guinness, un año dos meses, son recuerdos, mi seminario, mi gente, mi pueblo", afirmó.

“Me voy con un sabor agridulce, dulce porque material y espiritualmente hice todo por mi diócesis, y agrio, porque “ya no los veré, viven en mi corazón y no pagan renta”.

El padre Luis Martínez Flores fue quien a nombre de los sacerdotes de la diócesis, en emotivo mensaje le hizo saber que “deja un hueco difícil de llenar usted merece un lugar en el corazón de esta diócesis que nunca lo olvidara, le pedimos al padre de amor le multiplique al 101 por ciento todas las cosas buenas que usted hizo, el 7 de mayo del 2012 quedará en nuestras mentes ya que fue el día que el santo padre Benedicto XVI, le acepto su renuncia, recordaremos siempre las palabras que nos enseño, sembrando en Cristo y cosechando sus frutos, Dios lo bendiga señor obispo hoy y siempre” agradeciéndole de esta manera el haber cumplido con su misión.

Sin duda alguna el momento mas emotivo fue al dar la paz ya que su excelentísimo monseñor obispo Onésimo Cepeda Silva aprovecho para despedirse de sus amados hermanos, los sacerdotes al igual que de sus invitados especiales y de toda la feligresía ahí reunida.

En un acto especial dio el último sacramento a un miembro de la familia Pérez Zamora, una agradable pequeña de nombre Montserrat ya que fue el mismo obispo quien la bautizo y en compañía de sus padres se sintieron bendecidos ante tan bello gesto.

Cepeda Silva anunció que una vez retirado de la Diócesis visitará España e Italia, a este último país invitado a un encuentro carismático que se efectuará en Nápoles, Sicilia y Cerdeña, aunque regresará a México para votar el primero de julio.

Acerca las críticas de ser un obispo alejado del pueblo, ante las porras de los feligreses comentó: “Ahí están las pruebas”. Y les recordó que mantendrá a sus amistades —como políticos y empresarios—, porque “mis amigos son los pobres y los ricos, pero desgraciadamente yo nací rico, que quieren que haga”.

Una vez terminada la misa, Onésimo Cepeda invito a todos los presentes a convivir y a degustar las carnitas, los frijoles y el arroz que en su honor se prepararon, en la explanada del palacio municipal en donde al verlo aparecer ataviado con un traje negro, camisa blanca con alzacuellos, sombrero gris y gafas negras, diversos grupos de mariachis cantaron, y para demostrarle su estima, entonaron “Amigo”, que los católicos mexicanos le cantaron a Juan Pablo II; y para seguir con ese recuerdo, les advirtió: “Me voy, pero no me voy”, frase que dirigió a los presentes, quienes al escucharlo, los aplausos no se hicieron esperar.

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