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miércoles, 5 de abril de 2017

Elecciones mexiquenses


Las elecciones en el Estado de México son relevantes por varias cosas: su importancia en el padrón de electores nacional, su población y también porque su elección de gobernador se lleva a cabo justo un año antes de las elecciones presidenciales.

¿Son definitorias estas elecciones para el resultado de la presidencial? El pasado demuestra que no. Las dos veces que el PRI ha perdido la elección a la Presidencia de la República, el año anterior ganó la elección en el Estado de México (1999 y 2005). Las elecciones mexiquenses tienen una innegable lógica local, que no se refleja necesariamente en la nacional. Sin embargo, por la extensión de su territorio, el tamaño de su población y la influencia de los partidos grandes en el estado, para muchos es una suerte de “laboratorio” de las elecciones federales y para los medios es la manera de hacer su análisis antes, durante y al término del proceso electoral.

El arranque está muy cerrado. A tercios. Cualquiera puede ganar. Y cada partido tiene una zona geográfica/electoral en la que tiene peso específico. Tanto PAN como PRI y Morena, cuentan con una base sólida de arranque en los territorios en que tienen fuerzas más consolidadas. Veamos cómo empiezan.

Josefina. A la panista la persigue el fantasma de su tercer lugar en la elección presidencial de 2012. Todavía en recientes entrevistas hablaba del tema. Por supuesto tiene posibilidades de ganar. Y no sólo eso, de los tres importantes en la contienda es la que, efectivamente, tiene una experiencia que poner en práctica en una elección de gran tamaño. Su reto está en no equivocarse para que los medios y sus contrincantes (que pueden llegar a ser lo mismo en ese estado) no le avienten la sombra de la pasada derrota. Pero, para ganar, ¿a quién le robará votos?

Delfina. La maestra Delfina arranca muy bien, pero no mejor que los otros dos. El triunfalismo de AMLO y su equipo (que se acabó con la encuesta de ayer de El Financiero, y la de GEA la semana pasada), puede hacerle más daño del que supone. Al parecer tienen asfixiada a la pobre señora, no la dejan ni salir en un spot porque tiene que salir el Peje. Apuestan a que él gana la elección. La campaña, según información periodística, la tiene tomada el equipo de la campaña presidencial. Es decir, Delfina no puede decidir nada, no la dejan ni llorar a gusto en los mensajes que graba. La pueden ahogar. De cualquier forma la pregunta es la misma: ¿a quién le robará votos?

Del Mazo. Está haciendo una campaña que puede llamar la atención. Con el puño y el gesto de tipo en el gimnasio para proyectar fuerza, lo que busca es distinguirse de las candidatas mujeres (parece que eso es lo que sugiere, aunque se ve más bien flacucho). Aparece con camisas de cuadros abrochadas hasta el cuello y con el pelo que en fotos se ve blanco y en otras güero, más bien parece un menonita que se dispone a comerciar sus quesos. No arranca abajo, como la comentocracia suponía que le pasaría al PRI. Del Mazo carga en sus hombros la supervivencia del PRI a nivel nacional, lo que le dará sin duda muchos recursos, pero la pregunta es la misma: ¿a quién le robará votos?

Así que arrancan a tercios. Se va a poner bueno.

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