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domingo, 17 de julio de 2016

Desaprovechada Población juvenil en México Por el contrario se le considera hasta un problema social

La población en edad productiva no es aprovechada debido a la dificultad de que los jóvenes terminen sus estudios y, por ende, se integren a la actividad económica
Pero también a quienes en edad mayor conocen de un oficio u actividad manual


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México está desperdiciando su bono demográfico al no ofrecer a los jóvenes las oportunidades necesarias para su desarrollo, como educación y empleo, orillando a este grupo en edad productiva a integrarse al sector informal o a incorporarse a actividades delictivas.
“Se está desaprovechando el bono demográfico porque, primero, no se ofrece oportunidad de estudiar a todos los jóvenes y, lo más importante, no se ofrece trabajo, un lugar en la actividad económica productiva a los jóvenes, que cada vez son más”, explica el demógrafo Carlos Welti.
En entrevista con el académico del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México lamenta que para una gran parte de los jóvenes que sí tienen la oportunidad de estudiar y que terminan una carrera universitaria, el sistema no les ofrece oportunidades de empleo.
De acuerdo con la Encuesta Intercensal del Inegi 2015, la población tenía en promedio 27 años de edad al 15 de marzo de 2015. Un sector que está en plena edad productiva.
No obstante, son pocos los que tienen la oportunidad de prepararse. En 2015, de la población de 18 a 24 años de edad, sólo 31.5% asistía a la escuela. El municipio o delegación en la que más jóvenes acuden a la escuela es Benito Juárez, en la Ciudad de México, con 65.8%.
“El gran problema en una sociedad como la mexicana es que estamos desperdiciando esto que se ha denominado bono demográfico, porque no estamos aprovechando a esa población, por una parte, y no estamos aprovechando a la población que alcanza cada vez mayores niveles de escolaridad, porque no pueden aspirar a un empleo; esa es la gran paradoja de una sociedad como la mexicana”, señala Welty Chanes.
El bono demográfico se refiere a la población en edad de trabajar, cuya proporción es mayor a la población dependiente, es decir, a los niños y adultos mayores.
“Este sector que está entre los 15 y 64 años forma el gran grupo que está en posibilidad de trabajar, que tiene que enfrentar las necesidades de los que no pueden hacerlo.”
La falta de oportunidades también ha propiciado fenómenos como el de los llamados ninis, jóvenes que ni estudian ni trabajan, y el de la fuga de cerebros, gente preparada que prefiere ejercer su profesión en el extranjero.
El investigador de la máxima casa de estudios del país advierte que cuando estos jóvenes no pueden integrarse en la actividad productiva relacionada con su perfil educativo, tienen que integrarse a cualquier actividad que les permita hacerse de un ingreso, muchas veces en el sector informal.
Pero también alerta que se ha empujado a los jóvenes a las garras del crimen: “El problema es que esta población se está incorporando de manera cada vez más notoria a actividades delictivas, ante la falta de oportunidades y, por otra parte, ante las oportunidades que ofrecen las actividades delictivas para obtener ingresos de una manera rápida”, aseveró.
Y es que de acuerdo con el estudio El Panorama de la Educación 2015, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), 25% de los mexicanos entre 15 y 29 años de edad no estudia ni trabaja.
Tan sólo en la capital del país la mitad de la población carcelaria es de jóvenes entre 18 y 30 años.
Además de los jóvenes nini, México también ocupa el primer lugar entre los países de la OCDE en casos de embarazo adolescente, con una tasa de fecundidad de 77 nacimientos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años de edad.
De acuerdo con información del gobierno federal, en nuestro país los jóvenes inician su vida sexual cada vez más pequeños, incluso desde los 12 años, por lo que al año ocurren en promedio 340 mil nacimientos en menores de 19 años.
La preocupación por la incidencia de los embarazos adolescentes ha llevado al gobierno de la República a lanzar la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA), con el objetivo de disminuir 50% los casos de embarazadas entre 15 y 19 años, y erradicar los casos en menores de 14 años.
El pasado 11 de julio se conmemoró el Día Mundial de la Población, y este año se dedicó a la “Inversión en la niña adolescente”, con el objetivo de reflexionar sobre la importancia de fortalecer el plan de vida de ellas, a través de educación, servicios de salud y atención en materia de salud sexual y reproductiva.
Hacia la vejez
El experto de la UNAM Carlos Welti alerta que el bono demográfico que no ha sido utilizado va a causar complicaciones pues, al pasar el tiempo, la razón de dependencia, es decir, el número de ancianos se incrementará, demandando más servicios.
En Europa, ejemplifica, la estructura poblacional ha cambiado en siglos, en México la transición ha sido en décadas, con la caída de la fecundidad y la mayor esperanza de vida, por lo que es urgente hacer adecuaciones en las instituciones que no están preparadas para este cambio.
“En las sociedades desarrolladas, los arreglos institucionales promueven y garantizan, en la medida de lo posible, el ahorro en la población y el uso productivo de este ahorro. En una sociedad como la mexicana, con poca capacidad de ahorro para la mayoría de la población, y con instituciones financieras que se dedican a la especulación más que al uso productivo de los recursos que son producto del ahorro de los mexicanos, el panorama es muchísimo más complicado.”
Y asevera que los problemas sociales, ligados a los demográficos, deben resolverse a partir de decisiones basadas en economía política, en la generación de los bienes y servicios que produce una sociedad, pero también en el reparto de esos bienes y servicios.
Mujeres protagonizan el cambio
De acuerdo con el demógrafo Carlos Welti Chanes, en las últimas décadas el cambio más significativo en la sociedad mexicana ha sido la salida de la mujer al mercado laboral, aunque, advierte, a diferencia del primer mundo, donde las mujeres trabajan para desarrollarse profesionalmente, en México esto no ocurre así, ellas se emplean porque el dinero no alcanza en el hogar.
“Esto para mí es el cambio más significativo y esto ha permitido, para nuestra fortuna, que las condiciones de vida mejoren (…) las mujeres participan cada vez más en la actividad económica y esto ha permitido paliar el efecto de las crisis económicas que inciden sobre los ingresos de los jefes de familia”, explica.
La participación de las mujeres en las actividades económicas también ha permitido que mejore su estatus en la sociedad, ahora toman decisiones y pueden encabezar el hogar.
Ahora “la mujer puede tomar decisiones que la llevan a encabezar el hogar, decisiones que en el pasado no tomaba, permanecía casada no porque lo deseara, sino porque no tenía opciones que le permitieran sobrevivir y asumir la responsabilidad económica de mantener a los hijos”.
La Ciudad de México encabeza a las entidades con más jefas de familia en todo el país, con 35.7% de los hogares, seguida de Guerrero con 32.7%, según reporta la Encuesta Intercensal 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Cabe destacar que entre mayor sea el grado de estudios de la madre ésta suele tener menos hijos. En promedio, las mexicanas tienen 1.7 hijos, pero las que tiene educación media y superior tienen en promedio 1.1.
Las mujeres que no tienen algún nivel de escolaridad tienen en promedio 3.2 hijos, al igual que las que tienen primaria incompleta.
Desde 1970 en México se ha registrado una transición demográfica con la caída de la tasa de fecundidad. Mientras en 1990 la población crecía a un ritmo de 1.9, en 2015 la tasa fue de 1.4.
Inseguridad pega en la migración interna
El empleo es la principal razón que motiva a los mexicanos a la migración interna, no obstante, en los años recientes se ha presentado el fenómeno de la migración por motivos de inseguridad.
“Estamos acostumbrados a la migración ligada a la búsqueda de mejores oportunidades económicas. En el México reciente la migración interna está ligada al fenómeno de la violencia”, afirma Carlos Welti.
Señala que aunque los volúmenes todavía no son tan significativos, como a la migración ligada a mejores oportunidades. Es un hecho que la gente empieza a moverse impulsada por la búsqueda de mejores condiciones de seguridad.
Sobre las entidades donde este fenómeno es más visible, el experto dijo que fundamentalmente ha sido el estado de Tamaulipas.
De acuerdo con el Inegi, mientras que en el periodo de 2005 a 2010 Tamaulipas tuvo un saldo positivo de migración con 0.4% más, de 2010 a 2015, su población disminuyó 1.4 por ciento.

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