Por Juan Manuel Padrón Lara
El motín que estalló el lunes en el penal “Juan Fernández Albarrán” conocido popularmente como Barrientos, ubicado en el municipio de Tlalnepantla, Estado de México, donde se dijo oficialmente se fugaron cuatro reos, es este hecho, un pequeño referente del grave problema social que se vive en los reclusorios de la entidad, donde las personas que ahí se encuentran recluidas, tienen una convivencia que trastoca los derechos humanos en toda sus dimensiones
El hacinamiento, es el punto primordial que se da en todos los centros penitenciarios mexiquenses y esto genera que la convivencia de los internos sea abierta, es decir, comparten celdas o espacios individuos con alto grado de peligrosidad con quienes tal vez están siendo procesados por algún hecho que merece la sanción punitoria , pero su perfil delictivo se encuentra en términos sostenibles.
El gobernador Eruviel Ávila Villegas en declaración emitida la tarde del martes, aseguró “Que se proceda con la ley en la mano para sancionar a quienes hayan provocado estas acciones delictivas que no vamos a permitir. La estrategia de cero impunidad va en serio, va con todo, así es que estoy muy pendiente, estaré personalmente evaluando las acciones que mis compañeros de trabajo lleven a cabo, y eso sí, que paguen caro, que paguen lo que deben aquellos que hayan provocado estas acciones, no lo vamos a permitir”.
Y es muy válida esta buena intención pero ojala que el titular de la dirección General de Prevención y Readaptación Social , Rubén Fernández Lima, le informe a detalle cómo viven los internos en los penales de Cuautitlán, donde una casa habitación fue habilitada como tal, y el hacinamiento es infernal, o bien en el reclusorio “Doctor Sergio García Ramírez”, conocido como Chiconautla, donde los que purgan ahí condenas duermen parados amarrados, colgados de las rejas al igual que los baños.
Que el gobernador conozca las múltiples epidemias que atacan a los reclusos, se dice que en Chiconautla existe una de sarna y piojos y que es tan grave que algunos de los reos, la piel ha sido carcomida y que los huesos se encuentran expuestos.
Otro punto gravísimo, son las mafias que controlan el interior de los reclusorios y que estas se encuentran aliadas con las propias autoridades y los custodios, para vender desde protección hasta los espacios donde pudieran ubicarse.
Por eso hoy; consideramos que el incidente ocurrido en el penal de Barrientos, es apenas un pequeño foco de advertencia para que se preste atención a esta delicada área, y que inclusive, se valore a muchos de los que están detenidos si el delito cometido merece una penalidad privativa de su libertad.
Decimos esto, porque hoy después del motín en Barrientos , se liberaron a muchos presos bajo el argumento de que habían cumplido su sentencia o que en otros casos el delito por el que estaban en detención no merecía ser consignados
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