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martes, 10 de mayo de 2016

Acoso comienza desde la secundaria; piden acciones desde la familia y las aulas

En el manual de la SEP para que maestros asesoren sobre sexualidad a los alumnos, sólo en tres de 537 páginas se aborda el tema; docentes consultados afirman que no existen estrategias para detectar el hostigamiento en las escuelas y cuestionan la falta de orientación en casa




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El acoso sexual es un tema que se menciona en tres de 537 páginas del manual de la SEP que los maestros deben usar para asesorar sobre sexualidad a los alumnos de secundaria, pese a que los primeros casos ocurren en ese nivel escolar


Desde la secundaria se reportan cifras oficiales de incidentes sobre acoso sexual entre los estudiantes. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), casi cien mil alumnas de 15 años y más de los centros educativos de México han escuchado piropos o frases con connotación sexual de sus propios compañeros, lo que las molestó u ofendió, mientras que en las aulas todavía faltan herramientas para prevenir el acoso.
De las 537 páginas del manual elaborado por la Secretaría de Educación Pública, SEP, (Educación integral de la sexualidad. Formación para maestras y maestros de Educación Básica) para asesorar a los docentes sobre sexualidad, sólo en tres se aborda el tema de acoso sexual.
En la información sobre acoso incluida en este manual se encuentra su definición, una lista con 12 ejemplos que podrían suceder en las secundarias y la siguiente sugerencia de que los maestros enseñen a sus alumnos las correctas prácticas de la conquista amorosa como forma de prevención:
"Es posible que... algunas conductas que entran en la categoría de acoso sexual se deriven de la inmadurez para conquistar y para llamar la atención, especialmente de hombres hacia mujeres. Cuando el maestro y la maestra ofrecen al grupo oportunidades para que mutuamente expliquen qué les agrada en el proceso de conquista y qué les ofende y hacer énfasis en la conquista a través del buen trato, ofrecen la oportunidad para diferenciar estas conductas".
Maestros dedicados a enseñar Formación Cívica y Ética 1 y 2, materias desde las cuales se aborda el acoso sexual en la secundaria, afirmaron a Excélsior que el manual de la SEP está totalmente superado por los casos de acoso sexual a los que se han enfrentado con sus alumnos que van desde piropos, abrazos y besos indeseados de los niños a las niñas, hasta alguna masturbación.
"Todos los temas que deberíamos enseñar en sexualidad lo hacemos muy por encimita, entre éstos el acoso sexual, porque no es una materia como tal. La sexualidad es simplemente un subtema de la decena que debemos revisar para cumplir con el plan de estudios de Formación Cívica y Ética", explicó la maestra Joan Burgos, que imparte la materia en el Estado de México.
Los alumnos de la secundaria donde trabaja la profesora Burgos son afortunados, porque ellos sí alcanzaron ejemplares de Formación Cívica y Ética 1 de Editorial Terracota, a diferencia de muchos otros adolescentes de la entidad que se quedaron sin uno, en el que al menos podrán leer, en la página 235, la definición de acoso sexual, porque es lo único que encontrarán en su libro de texto sobre el tema.
"La existencia del acoso sexual entre los estudiantes de secundaria la estamos viendo fundamentada en dos cosas: primero, que es una conducta sexual que puede estar presente por la propia adolescencia y, luego, que los alumnos están muy desinformados y no saben cómo enfrentarse a un montón de hormonas vivas", explicó la sicóloga Raquel Aboites, de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), quien ofrece terapias y asesorías externas a jóvenes de secundarias públicas.
La principal crítica de la sicóloga Aboites es que en las escuelas públicas son inexistentes las estrategias para detectar el acoso sexual, la prevención o los centros de apoyo para atender a quienes ya lo cometieron.
"¿Qué sucede, por ejemplo, cuándo un niño se desnuda en clase? Primero que nada lo catalogan como acosador y, después, la escuela lo expulsa, pero el problema sigue, sólo lo trasladan de la secundaria a la calle y nadie lo atiende", reprochó.
A principios del ciclo escolar, por ejemplo, la maestra Joan recibió una denuncia por parte de sus alumnas de tercer grado que terminó con la expulsión de un compañero.
"Una niñas vinieron a decirme con una cara de angustia y de incomodidad que mientras su tutor estaba en el baño, un compañero del grupo se había masturbado frente a todos y había dejado todo un batidero en el salón después de eyacular, así que fui por él y lo bajamos a la dirección. El niño se fue definitivamente de la escuela", contó.
No existe confianza para abordar el tema
La escasa información sobre sexualidad en las secundarias no es la única preocupación de los maestros, también lo es la poca comunicación que los alumnos tienen con sus padres sobre el tema.
"Hemos tenido compañeritos que desde primer año andan mostrando el pene en la escuela. El argumento más socorrido de los jóvenes es que algún amigo suyo los retó y que no querían quedar mal. En casa, los padres tampoco se están tomando el tiempo de dar esa orientación a sus hijos”, cuestionó la trabajadora social Anabel Santiago Güémez.
Excélsior visitó uno de los 25 planteles con mayor nivel educativo en el Estado de México para conversar con los alumnos de segundo grado sobre cuánta información tenían sobre sexualidad y acoso sexual. De un salón de 50, sólo tres adolescentes aseguraron tener la confianza de abordar estos temas con sus padres.
Muchos padres de familia no sólo están cerrados para platicar sobre sexualidad con sus hijos, tampoco se abren a las recomendaciones hechas por los profesores y algunos ni siquiera se presentan a los planteles justificando la falta de tiempo por el trabajo para asistir.
"Cuando un niño exhibe su cuerpo en la secundaria se cita al papá, para que le explique a su hijo que la escuela no es el lugar para comenzar a explorarse. La mayoría de los señores reaccionan con una actitud de incredulidad y se defiende argumentando que ‘eso no es lo que nosotros le hemos enseñado en la casa’, y a lo mejor sí, no se los enseñaron, pero tampoco se tomaron la molestia de ir induciéndolo a esas conversaciones que son propias de la edad. Otros papás de plano se molestan conmigo reclamándome: '¿está usted diciendo que mi hijo es un acosador?' No lo aceptan", aseguró Santiago Güémez.
Todos los docentes entrevistados concluyeron que si no se educa a la sociedad sobre acoso sexual desde la familia y desde los salones de clase, serán insuficientes los esfuerzos para visibilizarlo en las redes sociales, en los medios de comunicación y en las marchas, que tratan de modificar esta conducta que afecta al año a más de cinco millones de mexicanas.

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