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jueves, 17 de marzo de 2016

La brujería en México. Un lucrativo 'business'


• El mercado de Sonora, en la Ciudad de México es el epicentro del esoterismo
• La Justicia castiga penalmente a quienes se lucren con la superstición de otros


A la muerte le piden la vida y a Satanás la inmortalidad. Con los rituales de vudú castigan a quién estropeó un matrimonio y regalan al infierno, chivos negros para alcanzar la eternidad. La brujería en México no es sólo un lucrativo negocio, sino un 'business' muy serio que observa con lupa a quién se mete en sus garras.
Hechiceros, brujos, santeros y charlatanes. Un conglomerado de curiosos personajes que cada mañana levantan su particular teatrillo, al grito de: "¿Qué se le ofrece? Todo lo tenemos, "pídanos lo que quiera"
"Curo y mando enfermedades", "desuno matrimonios", "hacemos rendir tu negocio", "te pactamos con Satanás". El mercado de Sonora en la Ciudad de México conocido como "el mercado de los brujos y animales", es el templo del esoterismo y la brujería a nivel mundial. Hasta este pintoresco lugar acuden desde los cuatro continentes, en busca de sus exóticos productos, como la miel que "atrapa hombres" o la loción corporal "amansa guapas", que son venerados por los seguidores esotéricos.
Los orígenes de la brujería en México son verdaderamente ancestrales. Desde la prehispánica cultura olmeca y sus creencias en los seres sobrenaturales, a la veneración de los santos del catolicismo y los rituales indígenas, el resultado espiritual en el país azteca es un conglomerado de ideologías donde todo cabe y convive en perfecta armonía, y donde es muy común adoptar la brujería como un segundo sistema de creencias.
La bruja de magia negra, Lukcero Aghakan es una de las más conocidas y respetadas del mercado. Se anuncia en televisión como "la dama que domina los secretos de las ciencias ocultas y el más allá. Sus padres eran brujos así que desde que era una niña se recuerda distinta,con "poderes especiales".
Ella se dedica en exclusiva a la magia negra, la utilizada para hacer el mal. "A mis clientes siempre les digo, que si me encargan que alguien muera, lo conseguirán, pero la magia negra es algo muy serio que tiene un efecto boomerang. Si alguien viene solo por divertirse, ya puede cuidarse, porque después le puede pasar algo".
Los asuntos del corazón son lo más demandados entre los miles de fieles que acuden en masa hasta aquí. "Es la gran preocupación de todas las personas. Quieren saber si encontrarán pareja, aunque este año con la crisis la vela de la fortuna también es muy vendida", cuenta Lupita, en su puesto de velas mágicas.
Jessica que es una asidua cliente, acude casi cada mes para surtir de distintos productos a toda la familia, "para que mi hijo apruebe los exámenes", "para que mi otra hija encuentre trabajo", "para que la otra que tiene novio, consiga una bonita boda". Todas las personas entrevistas en el mercado, los que esperan una lectura de cartas, los que compran los ingredientes de los hechizos, son unánimes en una sola palabra: Fe.
Creer o no creer… en uno mismo. La falta de autoestima, la falta de afectos, la falta de dinero. Las carencias se subsanan a golpe de talonario. Hay precios para todos los bolsillos, todo depende de la habilidad personal en el imprescindible regateo.
Por un amarre, el hechizo más demandado cuyo fin es retener a la persona amada, cobran unos 2.000 pesos (124 €), por una lectura de tarot, 200 pesos (13 €) y por rituales de vudú o brujería negra, las cifras cambian radicalmente. Desde 5.000 pesos (310 €) hasta sesiones de videncia que pueden alcanzar los 300.000 pesos (cerca de 19.000 €).
"Lo que cada uno quiera", responden muchos de estos profesionales esotéricos, "no cobramos", dice un joven, "sólo quiero ayudar a los demás". La cámara les inhibe de contar la verdad. Sin embargo la realidad es bien distinta y muy escalofriante.
Sólo hay que adentrarse en los laberínticos pasillos para saber que aquí se puede encargar de todo, y esta palabra cobra en México su entero significado.
Las estafas y los falsos brujos han crecido tanto en los últimos años, que por primera vez, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dicta una resolución para castigar penalmente a quienes lucren con la superstición o ignorancia de las personas y penaliza a quienes de "modo abusivo", obtienen un beneficio económico a partir de la superstición de los otros.
Los pasillos del mercado de Sonora son laberínticos. Al fondo y algo escondido, se encuentra el mercado de los animales. Conejos, perros, gatos que se mezclan con serpientes, tarántulas o cualquier otro animal que uno se puede imaginar, porque los tienen todos, los legales y los ilegales. Pero este es otro reportaje, que daría para realizar una serie entera.

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