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lunes, 31 de agosto de 2015

A apretarse el cinturón


Por ENRIQUE QUINTANA





Los datos de las finanzas públicas durante julio nos dan una probadita de lo que se nos viene en la última parte de 2015 y durante 2016.

El anunciado recorte del gasto, ahora sí, ya se vio con fuerza.

Hasta junio, el gasto total del sector público superaba en 129 mil millones a lo presupuestado.

Durante julio, el gasto neto total del sector público fue de 398 mil 949 millones de pesos, 13 mil 369 millones menos o 5.8 por ciento por abajo que en el mismo mes de 2014. Pero además, resultó aproximadamente 8.0 por ciento inferior o 31 mil 832 millones inferior a lo que originalmente se presupuestó.

Hay que recordar que el saldo al final del año debe ser 124 mil 300 millones menos que lo presupuestado; como todavía estamos casi 100 mil por arriba, los ajustes del resto del año deben ser del orden de 220 mil millones de pesos.

Los pagos de nómina y demás compensaciones del sector público bajaron 15.4 por ciento en términos reales en julio. La inversión no pudo evitar el impacto de la caída y tuvo un retroceso de 19.5 por ciento en el mes.

El recorte, anunciado desde el 30 de enero, no se sintió en el primer semestre, periodo en el que el gasto público total creció 7.4 por ciento en términos reales. La historia será muy diferente en el segundo semestre del año.

En materia de ingresos públicos totales aún no se observa una caída. En julio hubo un crecimiento de 6.0 por ciento en términos reales.

Las perspectivas que existen en finanzas públicas son complicadas. Con la caída de los precios del crudo que se acentuó en agosto y el alza del dólar, al término del mes vamos a tener un desplome de los ingresos petroleros. Antes de julio, el IEPS a las gasolinas funcionó como un amortiguador al descenso de estos ingresos.

Pero como el alza del dólar encareció las importaciones de gasolina, se reducirá el IEPS y por lo tanto, sin ese amortiguador, el golpe será mayor.

Pero además, el crecimiento de los ingresos tributarios se va a desacelerar por efecto de la propia reducción del IEPS y del freno de la actividad manufacturera.

Este cuadro es el que tendrá que enfrentarse en 2016.

Casi seguramente vamos a ver un ajuste a la baja en las expectativas del crecimiento del PIB para el próximo año, que se estimaban de 3.3 a 4.3 por ciento. Nada raro sería ver un rango de 2.5 a 3.5 por ciento.

Esto significa que en términos absolutos la recaudación va a bajar.

Con ese entorno tan complicado, Hacienda tiene el reto, sin embargo, de hacer algunos ajustes en las reglas fiscales para 2016, con objeto de promover el ahorro y la inversión.

Los márgenes de maniobra son más y más estrechos, así que será muy interesante ver qué es lo que se modifica.

Debe subrayarse que los ajustes del gasto no serán sólo a escala federal. La caída del IEPS a las gasolinas tendrá un impacto fuerte en los recursos de los estados pues representa uno de los más importantes impuestos participables.

Así que el apretón de cinturón no será sólo en el gasto público federal, sino de manera destacada en los estados. Más vale que nos preparemos.

Twitter: @E_Q_

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