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sábado, 14 de febrero de 2015

Es el cerebro y no el corazón, el laboratorio del amor

Estado de Mèxico.- Si "el amor ciego" fuera una enfermedad, el origen del mal estaría en el hipotálamo, que es la parte del cerebro donde ocurre todo el proceso químico del enamoramiento, el cual ocasiona que una persona "pierda la cabeza" por otra, sin importar qué tan fea o guapa, pobre o rica, mala o buena, sea.

Al explicar la "Neuroquímica del Amor", Rosalba Elizabeth Llamas Núñez, psiquiatra del Centro Médico del ISSEMyM de Toluca, refirió que es el hipotálamo y no el corazón, el laboratorio del amor.

"El corazón es sólo una bomba de sangre para el estado de enamoramiento y bombea más al momento de la atracción y posterior a la excitación", dijo.

Refirió que la gente se enamora de la persona con la que coincide en el tiempo y en el espacio y con quien, además, tiene afinidad. Platicó que durante la convivencia se liberan hormonas que dan una sensación de bienestar, una de las manifestaciones del amor. Y éstas se perciben a través del aroma o el sabor que tiene el ser amado, sin importar qué tan feo esté o qué tan diferente sean uno del otro.

Una persona enamorada presenta síntomas como insomnio, disminución del apetito, taquicardia, ansiedad, miedo, euforia, hiperactividad, obsesión e incremento de energía, generados por un neurotransmisor conocido como dopamina que se eleva en el hipotálamo y que también es la responsable de que se sientan esas "maripositas en el estómago", cuando él o ella están cerca.

El enamorado también experimenta un incremento en la memoria y capacidad de recordar detalles con el ser querido, debido a otro neurotransmisor llamado noradrenalina.

Asimismo, la serotonina es responsable de que el enamorado sueñe despierto, fantasee, medite y reflexione sobre lo que siente por alguien.

Explicó que los amores tormentosos, imposibles, inalcanzables o que tienen un final trágico, son difíciles de olvidar, ya que en mal de amores hay un desequilibrio en este neurotransmisor.

Destacó que durante las relaciones sexuales, las personas liberan unas hormonas conocidas como oxitocina, que ocasiona la necesidad de protección, ayuda a establecer lazos afectivos duraderos, por lo que un par puede quedar enganchado desde su primer encuentro sexual, por culpa de esta hormona.

Aclaró que nadie ni nada, ni siquiera un medicamento ni una cirugía plástica, puede hacer que una persona se enamore de otra, pues eso lo determinan las hormonas y neurotransmisores antes mencionados.

El doctor Óscar Galicia, coordinador del Laboratorio de Neurociencias de la Universidad Iberoamericana, añadió que es posible que los lazos afectivos partan del placer que genera la liberación primero de dopamina, y después se solidifican por medio de otras hormonas, como la oxitocina y la vasopresina.

"Esta primera relación bioquímica se mantiene alrededor de unos dos o tres años. Después, comienzan a operar otros sistemas: da inicio una cascada de oxitocina y serotonina, hormonas que proporcionan calidez y estabilidad. Cuando esos niveles aumentan, la pareja tendría buenas posibilidades para establecer una relación a un mayor largo plazo", contó.

Llamas Núñez resaltó que el enamoramiento ocasiona que la persona pierda la cabeza y no mida las consecuencias de sus actos, pues "se desactivan áreas importantes que tienen que ver con nuestro juicio, se desactiva la corteza pre frontal, que tienen que ver con reglas morales, toma de decisiones, aprendizajes sociales y prohibiciones", dijo.

La psiquiatra agregó que el amor tiene varias etapas, la primera es el enamoramiento, la cual dura aproximadamente cuatro años, pero ésta se puede prolongar.

Dijo que la clave del amor eterno es "la novedad", comportarse y convivir de distintas formas, ya que cuando se casan, las parejas cometen el error de llegar a la monotonía, y eso conduce a la infidelidad.

Una vez explicada la neuroquímica del amor, la especialista recomendó a los enamorados que en lugar de decir: "te amo con todo el corazón", digan: "te amo con toda la concentración de mis neurotransmisores, con mis 5 sentidos y hasta mi hipotálamo".

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