Directorio

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viernes, 23 de enero de 2015

TEMA LIBRE

Por I. León Montesinos

3 “federales” en la recta final; 2 “caballos negros” desde Toluca

Asoma el humo blanco de la sucesión

“Los chapulines” en la historia de México

Con la licencia solicitada por el alcalde Pablo Bedolla López, empieza a asomar el humo blanco de la sucesión ecatepequense; en San Lázaro inician las apuestas por saber cuál de los tres diputados federales podría ser el ungido en el seno del PRI, encabezando las probabilidades la Secretaria de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública y ex regidora, Norma Ponce Orozco, a la que sus cercanos ubican bajo el manto protector del Secretario de Hacienda, Luis Videgaray; de igual forma se menciona como probable a la legisladora por el Distrito 11 –el mismo por el que buscará contender Bedolla López--, a la también ex regidora y secretaria particular del irascible ex edil, Jorge Torres Rodríguez, Brenda Alvarado; y apareciendo como el “caballo negro”, se menciona al también diputado federal por el Distrito 13, Isidro Moreno Arcega.

Por supuesto que en Toluca --aunque no es Pachuca--, también hace aire y soplan con fuerza los vientos de la sucesión donde se mantiene fuerte la corriente que impulsa a dos cercanos colaboradores del oriundo de San Pedro Xalostoc, uno de ellos Indalecio Ríos Velázquez de manera abierta se promociona y el otro, todo un personaje, con vastísima experiencia y gran estimación entre los ecatepequenses, tanto que una estación del Mexibús I lleva su nombre, podrían ser también de los favorecidos en el tricolor, pues no hay duda de que Ecatepec es y seguirá siendo la joya de la corona electoral en el Estado de México, pero también uno de los municipios donde el voto duro es altamente dudoso como lo ha demostrado la llegada lo mismo de panistas que de perredistas al poder. Por lo que serán varios los factores a tomar en cuenta en los altos mandos priístas, al momento de elegir candidato, para evitar sorpresas en los comicios de junio entrante.
Como lo ha venido publicando Mexiquense, la clase política en el municipio no está exenta del síndrome chapulinesco que tanto ha dado de que hablar en las redes sociales, sobre todo por el desastre en que los 14 delegados con licencia dejaron sus demarcaciones en el DF, al grado de que miles de ciudadanos piden no votar por estos políticos adictos al poder pero ineficientes en su desempeño oficial. Hartazgo social que sin duda tiene mucho de razón.

Y es por este motivo que justamente los ciudadanos se preguntan de qué meritos goza, por ejemplo, Isabel Maya Pineda –ex panista, ex priísta y mujer-veleta--, para ser considerada para ocupar una diputación federal como candidata por el Distrito 16; situación parecida es la que lujosamente ostenta el ex líder de la Sección 36 del SNTE y ex diputado local, Alberto Hernández Meneses, para ser incluido como candidato del 17, haciendo crecer la especulación que aún desde prisión se hace sentir la fuerza política de la maestra Elba Esther Gordillo, de quien fue incondicional y cercano, el ex dirigente local del magisterio y aspirante a una curul en San Lázaro.

No podemos dejar de mencionar en este espacio un hecho que confirma que en México el surrealismo va de la mano de la política nacional, pues como plasmó el Mexiquense en su edición de ayer jueves, la noche del pasado miércoles en que se operó la licencia de Bedolla López, perredistas se apostaron a las afueras del Palacio Municipal para lanzar cohetones festejando su salida, como si se tratara de una caída provocada por la inconformidad social.

Por supuesto que nada más alejado de la realidad pues lo que se cocinaba al interior del ayuntamiento era únicamente un mero trámite donde debía sesionar el cabildo para nombrar por ministerio de ley al frente del gobierno municipal al licenciado Sergio Díaz Hernández, cuya designación es un acierto porque además de garantizar la estabilidad en la función municipal, mantendrá la continuidad en los programas de gobierno en bien de Ecatepec.

Por cierto que del lado solaztequista donde un día sí y otro también le llueve sobre mojado a su dirigente nacional, Carlos Navarrete quisiera ser un hombre-pulpo para poder tapar los flancos que se le abren por docenas en todo el país, como es el hecho de su desafortunada declaración en el sentido de que su partido buscará candidatos honorables, cuando justo se le destapó con la mayor de las arrogancias, casi en el papel de perdonavidas, nada menos que el hijo del depuesto ex gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, como candidato a la alcaldía de Acapulco. Así, el junior Ángel Aguirre Herrera, no sólo pide, sino que exige que no mezclen sus “legitimas” aspiraciones con la muerte de los normalistas de Ayotzinapa. Todos en el paradisiaco puerto saben que su carrera política no es producto ni de su carisma ni capacidades sino de las carretadas de dinero y desvío de recursos públicos con que se le ha buscado apuntalar, medrando con el hambre y las necesidades de los acapulqueños de escasos recursos.

Por eso, los perredistas van a buscar asirse hasta de los clavos ardientes con tal de evitar su caída libre sobre todo ahora que sus antes aliados de sangre y hoy denostados hermanastros de MORENA, les buscarán arrebatar el voto de sus simpatizantes en bastiones de marcada importancia electoral como Ecatepec.

“LOS CHAPULINES” EN LA HISTORIA POLÍTICA DEL PAÍS.- El fenómeno del “síndrome del chapulín” que hoy en día es común en toda la clase política del país, tiene antecedentes históricos que se remontan a los inicios del México independiente cuando los gobiernos de Agustín de Iturbide, Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero, debieron incluir en sus gabinetes a ex realistas o mejor dicho, simpatizantes de la Corona Española que se opusieron a la Independencia de México. Políticos que desde nuestros albores como nación independiente, sembraron la semilla del oportunismo y el beneficio personal “en aras de la defensa de la patria”, no dudando en cambiar de bando cuantas veces fuera necesario para mantenerse, desde entonces, en los beneficios de la nómina oficial.

De hecho, tanto Iturbide como más tarde el inefable Antonio López de Santa Anna—el mismo que perdió el territorio de Texas--, fueron antes de enfundarse en el papel de “héroes nacionales”, miembros del ejército realista que combatió a las fuerzas del cura Hidalgo y de José María Morelos y Pavón, asesinando a miles de mexicanos que hacían la guerra con palos y piedras.

En 1828, al término del mandato de Guadalupe Victoria, se postularon dos candidatos a la presidencia, el general Vicente Guerrero y el ex realista Manuel Gómez Pedraza que curiosamente había ocupado el Ministerio de Guerra con Victoria. Desde entonces, estimado lector, ya se escuchaba la palabra “fraude” en las elecciones. Y fue este concepto de inconformidad el que invocaron los seguidores de Guerrero para imponer, mediante un auténtico cuartelazo, al autor de la célebre frase de “La Patria es Primero”. Entre los levantados en contra del “agravio” a la voluntad popular se encontraba nada menos que el mismísimo Antonio López de Santa Anna, que ya empezaba a bregar políticamente a su favor.

En las negociaciones que desde entonces se pactaban, Guerrero aceptó que Santa Anna fuera su Ministro de Guerra a cambio de su apoyo al cuartelazo que mandó al exilio a Gómez Pedraza, sólo que una vez instalado en el poder, no le cumplió pero lo elevó al rango de general de división. Como ha consignado la historia, Vicente Guerrero era analfabeta por lo que varios de sus colaboradores aprovecharon tal grado de ignorancia para hacerlo firmar cosas que eran todo lo contrario a lo que pensaba, aprobaba el entonces presidente.

En esta situación, Guerrero fue presa fácil de las conjuras palaciegas de los resentidos y embozados, entre los que encontraba el propio Santa Anna, que facilitaron la caída del impuesto presidente para hacer subir al poder al vicepresidente Anastasio Bustamante, al que se le pasó la mano al mandar asesinar a Guerrero. Y mire usted si este columnista se equivoca cuando habla de que el surrealismo ha ido siempre de la mano de nuestra política nacional, pues sucedió que el artero crimen volvió a unificar a los guerreristas y complotistas, ahora para destituir por la misma vía de las armas al ensoberbecido Bustamante, golpe de estado en el que nuevamente participó Santa Anna, que en el mayor de los absurdos tan típicos de nuestros políticos, buscó restaurar el orden legal trayendo del exilio al derrocado ex realista Manuel Gómez Pedraza, para que concluyera los cuatro meses que le restaban al mandato constitucional de cuatro años.

Buscando allanarse el camino como candidato presidencial, Santa Anna prometió lo mismo a ex realistas que a guerreristas y miembros de otras corrientes y partidos, colocarlos en su gabinete si ganaba las elecciones, situación que se dio para entronizarse más tarde como un consumado dictador que mandó a paseo a todos los partidos, al declararse en casi lo que hoy sería un candidato ciudadano: “Yo no me he unido a ningún partido de los que destrozan la patria, ni cooperaré jamás a ser un ciego instrumento; sin abandonar aquella independencia que me es genial, y consultando los verdaderos intereses de la patria, he obrado siempre por las inspiraciones de mi corazón, que se inclina a hacer el bien”.

Como la historia lo consignó, Santa Anna cambió de bando político las veces que quiso a lo largo de sus once reelecciones, y con él, también lo hicieron sus seguidores que fueron verdaderos ejércitos de venales funcionarios acomodaticios que como los “chapulines” de nuestros días, se aferran al poder para vivir holgadamente del presupuesto oficial, alejados de todo compromiso ideológico y siempre prestos a “servir a la patria”…

Nuestro correo electrónico: garrasleo6@yahoo.com.mx

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