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viernes, 7 de noviembre de 2014

La justicia no tiene amigos

México, DF.- Pese a que muchos ciudadanos suspicaces pensaban que ya estaban muertos, porque así era necesario para que ciertas complicidades quedaran en el silencio, un grupo de élite de la Policía Federal logró encontrar y detener en las inmediaciones de Iztapalapa, a la pareja imperial de Iguala, Guerrero, formada por José Luis Abarca y María de los Ángeles Pineda.

Con dicha acción, los padres de los 43 jovencitos desaparecidos por orden del ex alcalde Abarca, renuevan esperanzas de que el par haya revelado a las autoridades que los interrogaron, el lugar o los lugares a donde llevaron a los estudiantes de Ayotzinapa, secuestrados la noche del 26 de septiembre y madrugada del 27. La expectativa conlleva, desde luego, tanto para los familiares como para todo el pueblo de México, el deseo irrestricto de encontrarlos con vida.

Los familiares de los desaparecidos han manifestado que la detención de la pareja abarca-Pineda, no es suficiente para ellos. Desean con vehemencia el regreso de sus hijos vivos, pues jamás han pensado que no lo están. Algunos padres han sostenido que están con vida, aunque también están preparados para escuchar una noticia diferente.

El pueblo de México, principalmente –aunque también en otros lugares del mundo –, espera que a partir de hoy, las autoridades que sometieron a un exhaustivo interrogatorio al matrimonio, den a conocer los detalles del mismo de manera pormenorizada, pues hay demasiada expectación, por lo que ocurre en el estado de Guerrero, y que puede ocurrir en cualquiera otra entidad, que igual padece los embates de los criminales

La gente espera que después de lo que sucedió en Iguala y que puso al descubierto que nada se hace para acabar con la delincuencia, multiplicada y empoderada con exceso, al grado de haber infiltrado todas las esferas en los tres niveles de gobierno, la autoridad asuma su papel y recurra a todas las instancias a su disposición, para idear un mecanismo que permita perseguir y abatir los altísimos niveles de delincuencia.

Espera asimismo, que con la captura de los dementes ex mandatarios de Iguala, se realice una investigación a fondo, hasta las últimas consecuencias, para descubrir la red de complicidades que por supuesto tejieron y que finalmente castiguen de manera ejemplar a quien haya violado la ley para cobijarlos, encubrirlos y protegerlos. Que el que manda diga y demuestre que en este caso y en aras de hacer justicia, no tiene amigos, compadres ni familiares.

Espera que, por lo menos, Guerrero haya servido de ejemplo, para planear en lo sucesivo estrategias serias y responsables que lleven a devolver los perdidos niveles de confianza a una población paciente, que aún confía en sus gobernantes.

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