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lunes, 9 de diciembre de 2013

Lo hizo el Cardenal Norberto Rivera

Se "cerró" la Puerta Santa de la Catedral Metropolitana

México, DF.- Con motivo del Bicentenario de la Catedral Metropolitana, el cardenal Norberto Rivera Carrera presidió el cierre de la Puerta Santa de este recinto que estuvo abierta al público desde agosto.

La Puerta Santa se abre cada 25 años por los Jubileos de la Iglesia Católica o en ocasiones muy especiales, como esta celebración de la Catedral o la ascensión de un nuevo obispo, es decir que se prevé permanecerá cerrada hasta 2025.

El cierre de la Puerta Santa, refirió el arzobispo primado de México, simboliza el amor a Cristo que "nos impulsa a evangelizar a nuestros hermanos como lo hicieron los primeros misioneros a llegar a estas tierras mexicanas", al tiempo de renovar la fe.

El cardenal bendijo e impartió la indulgencia plenaria a todos los presentes, que "verdaderamente arrepentidos de sus pecados se hayan confesado"; les instó a rezar por la Iglesia en México y el papa Francisco, así como a esforzarse por mantenerse en gracia.

Decenas de fieles se postraron por minutos en la Puerta Santa, al considerarlo una vía de bendiciones.

La Puerta Santa se abrió para estos festejos el 15 de agosto y quienes la atravesaron obtuvieron el perdón de sus pecados e indulgencias plenarias, siempre y cuando se hubieran confesado, comulgaran, rezaran el credo y oraran por las intenciones del pontífice.

La Puerta Santa

Garantiza la Indulgencia Plenaria


La Catedral de México tiene cuatro fachadas con siete portadas. Las portadas son las que delimitan, adornan y hacen resaltar un ingreso o puerta de entrada al recinto.

Tres portadas (la central, la izquierda y la derecha), con sus respectivas puertas, corresponden a la fachada principal sur, ubicada frente a la Plaza de la Constitución. Otras dos portadas se encuentran en las fachadas oriente (la calle de Seminario) y poniente (frente al Monte de Piedad). Las dos últimas portadas se pueden observar en la fachada norte, por la calle de Guatemala, cuyas puertas se pueden ver únicamente por el exterior de la Catedral; no hay acceso por ellas y no se pueden observar desde el interior, pues quedaron clausuradas y ocultas desde 1960 cuando se colocaron frente a ellas los retablos de Jesús Divino Salvador y el de la Virgen de Zapopan.

La fachada principal es de estilo renacentista con barroco por sus cuatro pares de columnas salomónicas de fuste enrollado y neoclásico en el remate; como se dijo, tiene tres portadas: central, izquierda y derecha.

Indulgencia, apóstoles y María

La portada central fue concluida en 1672 hasta su cornisa más alta, ya que el remate que empieza donde se encuentra el escudo Nacional fue construido casi un siglo después.

Esta portada contiene la Puerta Jubilar o del Perdón, que siempre se conserva cerrada y únicamente se abre en los Jubileos de la Iglesia para dar acceso a todas las personas que quieran obtener la Indulgencia Plenaria, como en el año 2000, Año Jubilar de la Redención, cuando permaneció abierta del 25 de diciembre de 1999 al 7 de enero de 2001, o la toma de posesión de un nuevo Arzobispo.

A los lados de la puerta, entre columnas, están colocadas dos esculturas en piedra que representan a: san Pedro, quien lleva su llave y san Pablo con una espada. Su ubicación en este lugar es simbólica y corresponde a que ellos son las columnas de fe, la base y el soporte moral de la Iglesia. Arriba de estos santos están otros dos apóstoles: Santiago el Mayor, con la concha de peregrino, y san Andrés con su cruz en ‘equis’; las cuatro estatuas fueron realizadas por el escultor Miguel Ximénez en 1687.

Al centro de la portada se encuentra un bello relieve que representa a la Virgen María en su gloriosa Asunción a los cielos, a quien amorosamente está dedicada esta Santa iglesia Catedral.

El relieve fue trabajado con gran sentido artístico y muestra dos escenas: en la parte baja aparecen los apóstoles que levantan la tapa del sepulcro de María, para ver que está vacío y contemplar con asombro el momento en que la Virgen es elevada a los cielos por un grupo numeroso de ángeles, algunos de los cuales la acompañan tocando instrumentos musicales. Esta obra tiene un marco hecho en piedra muy semejante al marco de madera recubierto de plata que adorna el cuadro central del Altar del Perdón.

Non fecit taliter omni nationi

Bajo el relieve se encuentra labrada una inscripción en latín que se puede traducir así: “A Dios Óptimo y Máximo y a la Santísima Virgen Madre María elevada a los Cielos. Carlos II, rey de las Españas, y la Reina Madre, Doña María Ana, su tutora y gobernadora de sus reinos, y en su real nombre D. Antonio Sebastián de Toledo, Marqués de Mancera, Virrey de la Nueva España, dedican el año 1672 para testimonio de reverencia y gratitud este monumento de fe y de la religión católica fundada en este nuevo mundo por Carlos I, invicto Emperador V, y construido a expensas de sus tres piadosos sucesores los reyes Felipes, concediéndolo. Dios Óptimo. No hizo cosa igual a otra Nación (Salmo 147)”.

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