Directorio

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miércoles, 12 de septiembre de 2012

TEMA LIBRE

Por I. León Montesinos

Informe de Eruviel, climax mexiquense

Mancera y Graco, izquierda sensata

Nuevo avión presidencial, panistas en la mira


El pasado jueves cinco, la clase política mexiquense vivió uno de sus más memorables acontecimientos políticos; en el primer informe de Eruviel Ávila se acrisoló el sueño largamente anhelado de tener juntos a un Presidente de la República, victorioso por un indiscutible margen, y un gobernador igualmente legitimado por el voto mayoritario de la entidad más poblada del país. Ambos orgullosamente, y ciento por ciento mexiquenses.

Doble satisfacción que se acrecienta si se considera que el EdoMéx fue el laboratorio en el que desde hace años se empezó a forjar el proyecto hoy hecho realidad, que logró tener de vuelta al PRI en Los Pinos.

A la luz de los recientes hechos, se entiende claramente que la estrategia de haber enviado al candidato adecuado, al hombre idóneo en la persona del ecatepequense Eruviel Ávila, a contender en el 2011 por la gubernatura, fue la piedra de toque que allanó el camino a la Presidencia.

Las carismáticas figuras de Eruviel Ávila y Enrique Peña Nieto, se amalgamaron en un proyecto de nación que convenció al electorado tanto mexiquense como del país; no debe olvidarse tampoco que la madurez de los actores políticos que no fueron favorecidos, en su momento, con la codiciada nominación se convirtió en un poderoso elemento que concretó la unidad y evitó las fracturas internas a las que apostó la oposición. Al ganar el PRI el gobierno del EdoMéx, se dijo y ahora se confirma, tenía medio cuerpo en Los Pinos.

Hay hombres que entendieron las necesidades electorales del momento como Luis Videgaray, que hoy forman parte del equipo de transición de primer nivel del presidente electo, situándose aún antes de la designación del futuro gabinete, en partes vitales del nuevo sexenio y del futuro político del país en el mediano y largo plazo.

El ambiente que se respiró y se percibió en el Primer Informe de Gobierno mexiquense fue de franca recuperación nacional, diametralmente opuesto al que presentaba el país en el 2006 cuando el dilema de la estabilidad del país dependía de una diferencia de sólo 250 mil votos; hoy, la oposición misma, también en un acto de madurez, termina por aceptar la contundencia de la voluntad mayoritaria de los mexicanos. Y síntoma de esta madurez fue la presencia puntual de futuros gobernantes de entidades vecinas, como Graco Ramírez, de Morelos y Miguel Ángel Mancera, del Distrito Federal, éste último que manifestó su intención de colaborar tanto con Eruviel Ávila como con el nuevo Presidente, marcando una institucional línea divisoria con el mesiánico Andrés Manuel López Obrador.

Hay problemas en común que afectan no sólo a los habitantes del EdoMéx sino a todos los mexicanos, por eso es importante recalcar los propósitos planteados por el gobernador mexiquense, cuando en su mensaje instó a darle vuelta a las elecciones locales y federales del pasado primero de julio para generar las alianzas y “combatir a los verdaderos enemigos del país: la inseguridad, la pobreza y el desempleo”.

Aquí, en este espacio, lo hemos planteado de manera recurrente: el saldo que el gobierno panista dejará a Enrique Peña Nieto, no es el que se exhibe de manera absurda en los promocionales de Calderón, con motivo de su Sexto Informe; el país enfrenta un grave desempleo lo que arroja a los brazos del crimen organizado a miles de mexicanos, muchos de los cuales, son jóvenes que, con o sin preparación, se enfrentan a un raquítico mercado laboral. Y si en las ciudades parece imposible encontrar un empleo, el problema se torna aún más grave en las zonas más apartadas y marginadas del país. Y en municipios densamente poblados como Ecatepec y Nezahualcóyotl, se traducen en ecuaciones políticas y sociales, difíciles de resolver.

La inseguridad que enfrenta México es en buena medida derivada de la extrema pobreza que el modelo neoliberal ha arrojado a millones de habitantes; 13 millones más en el gobierno que está por terminar. Es por ello que el nuevo proyecto de nación que abandera Enrique Peña Nieto, y del cual es reflejo puntual Eruviel Ávila, debe avocarse precisamente a atender esa trinidad de males que tienen postrado al país.

Y en este nuevo escenario y contexto, donde están depositadas en primera fila, las expectativas de millones de mexiquenses, deben tejerse acuerdos con todas las corrientes políticas y sociales. Al respecto, Ávila Villegas expresó a los partidos políticos: “Los invito paras que juntos hagamos buena siembra y juntos tengamos buenas cosechas, que en última instancia serán los logros de los mexiquenses, a los que finalmente nos debemos”.

Coincidencia de objetivos a la que se sumó el presidente de la Mesa Directiva de la LVIII Legislatura del Estado de México, el perredista Octavio Martínez Vargas. Dato relevante para la clase política ecatepequense el que dos de sus políticos, uno gobernador y el otro legislador, protagonizaron la alianza tácita de consenso en bien de todos. Ambos, que se conocen desde hace tiempo, por ejemplo, saben de las carencias de Ecatepec y ahora instalados en el pedestal de primer nivel de la política estatal, podrán labrar los acuerdos necesarios sacar adelante los propósitos legislativos que necesita el Estado.

El diputado Martínez Vargas planteó al gobernador Eruviel Ávila que la entidad tiene retos impostergables en materia de salud, educación, seguridad pública, desarrollo industrial, pero sobre todo en desarrollo democrático, generación de empleos, en el campo y en la actividad turística.

“Los jóvenes –dijo el legislador--, están ávidos de oportunidades, la sociedad vive angustiada por los desorbitantes índices delictivos y la falta de oportunidades”.
Esperemos que esta nueva etapa que se ha inaugurado ya en lo local y en lo nacional, sea para bien todos los mexicanos. El país lo demanda y lo merece.

COMENTARIOS SOBRE EL FUTURO AVIÓN PRESIDENCIAL.- Valdría la pena que el equipo de transición de Enrique Peña Nieto, pidiera a su contraparte del gobierno de Felipe Calderón, echarle una revisada a la compra del nuevo avión presidencial, estimada en 200 millones de dólares, por aquello de que los panistas han tenido pésimas y mortal experiencias en el terreno de las aeronaves. En el sexenio de Vicente Fox, en el 2005, Ramón Martín Huerta, ex secretario de Seguridad Pública Federal, murió al desplomarse el helicóptero Bell 412 en que viajaba, en la zona de Xonacantán, el Estado de México. El 4 de noviembre del 2008, cuando regresaba de una gira por San Luis Potosí, el Secretario de Gobernación de Felipe Calderón, Juan Camilo Mouriño, falleció luego de que se viniera a pique el Lear Jet 45 matrícula XC-VMC, donde era acompañado por el subprocurador José Luis Santiago Vasconcelos y otros funcionarios más; el once de noviembre del 2011, también murió a consecuencia de la caída de un helicóptero entre Xochimilco y Amecameca, el tercer Secretario de Gobernación del sexenio, José Francisco Blake Mora, cuando se dirigía una reunión de trabajo en Cuernavaca.

De los tres, el que mayor suspicacias sigue despertando, pues el gobierno federal se encargó de ocultar toda la serie de anomalías que se dieron desde su adquisición, es el del Lear Jet 45 en que encontró su trágico destino quien era considerado el candidato natural a la presidencia de Felipe Calderón. En agosto del 2003, el gobierno foxista adquirió la aeronave del trágico suceso, pasando por alto ciertas anomalías detectas en su modelo a nivel internacional que hacían de la aeronave una de las menos confiable en el mundo de la aviación, pues la propia Federal Aviation Administration (FAA), había alertado de fallas estructurales en su estabilizador horizontal que los hacía sensibles a las fuertes vibraciones que podrían ocasionar su caída en picada.

Los funcionarios del gobierno de Fox se montaron en su macho y no únicamente pasaron por alto las irregularidades presentadas por el modelo y admitidas a corregir por la propia planta fabricante de Bombardier, sino que pagaron un sobreprecio. El defectuoso y letal avión le costó al erario público 7 millones de dólares más IVA cuando su precio devaluado en el mercado internacional apenas y se cotizaba en cinco millones de dólares. De hecho, con los siete millones devengados de manera irregular se hubiera podido comprar a Bombardier un avión nuevo.

También de las irregularidades guardadas bajo siete llaves por el gobierno que está por terminar es que nunca quiso clarificar y explicar a la opinión pública el por qué se aceptó incluso que la empresa Servicios Aéreos Estrella (SAE), fuera la que triangulara la adquisición de la aeronave a la empresa suiza TAG, en 2003 y por qué SAE fue la única que concurso para seguirle dando mantenimiento cuando de sobra las autoridades tenían información sobre los vínculos de la firma, la década de los 90s, con el narcotraficantes Amado Carrillo, el Señor de los Cielos. Tan malo era el mantenimiento que las grabaciones recuperadas en la caja negra del aparato siniestrado, eran del 2006; es decir, que el dispositivo básico para saber realmente qué originó en la tragedia sencillamente no funcionaba.

Es por ello que para garantizar la seguridad del presidente electo que tomará posesión el próximo primero de diciembre, su equipo de transición debe estar atento a que los funcionarios de Calderón no incurran en los errores que ya se han hecho tan recurrentes en los gobiernos panistas y que han costado la vida de sus propios funcionarios. Y si bien la aeronave será entregada, de acuerdo a lo establecido en el contrato, hasta el 2015, bien vale la pena checar de manera minuciosa el estado y las especificaciones técnicas, así como los actores que tendrán que ver de manera directa en su compra. Por aquello de las dudas.

Agradecemos sus comentarios y sugerencias a nuestro correo electrónico: garrasleo6@yahoo.com.mx

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